Deniegan el alquiler de un piso a una trabajadora en Vigo por su origen sirio

Tenía apalabrado el contrato, pero la dueña la dejó colgada al saber sus raíces

La Voz de Galicia, E. V. PITA, 01-12-2022

Una joven trabajadora nacida en Siria y criada en Galicia denunció en Twitter un supuesto caso de microrracismo cuando tenía apalabrado el alquiler de un piso en el centro de Vigo y la dueña la dejó colgada al descubrir sus raíces. La perjudicada había pagado la fianza y el 17 de noviembre iba a firmar el contrato, pero la dueña se echó atrás porque, según le comunicó la inmobiliaria, cambió de idea al enterarse de su nombre y apellidos y su lugar de nacimiento.

El rechazo frustró los planes de la joven un día antes de mudarse a Vigo. Reside en Santiago y cada día se desplaza en tren a trabajar en la ciudad olívica por lo que, por comodidad, había decidido mudarse a su lugar de trabajo. «Ahora tengo que seguir madrugando a las cinco de la mañana para coger el tren en Santiago y volver a las siete de la tarde desde Vigo. Estos horarios me generan cansancio y lo único que me importa es encontrar piso. No me esperaba encontrar esta piedra en el camino», dice.

La afectada publicó un hilo en Twitter donde contó sus desventura. «Quiero compartir y denunciar por aquí mi experiencia como mujer, joven y medio siria sobre una situación de racismo que he vivido a la hora de alquilar vivienda en Vigo», desveló en la red social. Además, según indicó ella a La Voz, pidió asesoramiento a varias asociaciones y estudia presentar una queja en el Ministerio de Igualdad. «Esto no es victimismo, es visibilizar una injusticia», lamenta.

«Recibí una llamada poco amable por parte de alguien de la inmobiliaria preguntándome donde había nacido. Me hicieron preguntas invasivas sobre mi familia, mis orígenes y mi padre», relató en Twitter. La joven aclaró a los propietarios y a la inmobiliaria que no era una refugiada recién llegada a España y sin dinero sino que se había criado en Galicia y trabajaba. Era medio siria por parte de padre, ya fallecido, que hace décadas emigró desde su país para estudiar Medicina en Santiago y se había casado con una española, y que su hermana era gallega.

El episodio le recuerda otros «microrracismos cotidianos» que ella ha sufrido en España, al ser diana de «chistes de mal gusto con referencia a bombas y terrorismo pero nunca me prohibieron mis derechos». Negarle el alquiler por sus raíces es «una vulneración del Derecho Constitucional».

Lamenta que la propietaria «ni siquiera esperase a ver si yo era buena inquilina, solo se fijó en mi lugar de nacimiento y apellidos», relata. Hasta entonces el contrato estaba casi cerrado, había mostrado su nómina de trabajo a la inmobiliaria y «me aceptó la reserva y deposité la fianza pero el día antes de firmar me llamaron porque la dueña vio que había nacido en Siria y no quiso hacer el contrato. Aunque soy española por parte de madre, uno de mis apellidos no era el adecuado». Reprocha a la inmobiliaria que la hubiese despachado sin buscarle otras alternativas de alojamiento.

La inmobiliaria declinó ayer hacer comentarios.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)