Orkestra urge a la industria vasca a buscar nuevos nichos de especialización
El Instituto Vasco de Competitividad constata una mejora de la rentabilidad empresarial y apuesta por atraer y formar inmigración
Diario Vasco, , 17-11-2022La economía vasca presenta una recuperación robusta tras la caída de actividad experimentada en 2020 como consecuencia de la crisis sanitaria. Sin embargo, en las circunstancias geopolíticas actuales es muy difícil prever la evolución de la situación coyuntural porque requiere una adaptabilidad alta por parte de empresas, gobiernos y otros agentes de competitividad. Así comienza el Informe de Competitividad 2022, elaborado por Orkestra-Instituto Vasco de Competitividad (Fundación Deusto) en colaboración con Spri, que ha sido presentado hoy y que deja entrever «claroscuros» en el desempeño de la comunidad autónoma.
El documento, un clásico en la literatura económica de Euskadi, incluye una serie de recomendaciones de actuación entre que las se incluye una invitación expresa a las empresas y las industrias a aprovechar sus fortalezas ya demostradas para buscar «nuevos nichos de especialización».
Del mismo modo, el informe, que constata una recuperación de la rentabilidad empresarial tras la crisis del Covid, urge a poner el foco en la inmigración ante el evidente declive de la pirámide poblacional vasca, aspecto en el que sugiere potenciar la atracción de personas y su formación en capacidades con las que abordar los grandes retos y transiciones que se imponen.
El diagnóstico ha sido presentado por el presidente de Orkestra, Iván Martén Uliarte; la directora del Instituto, Mari Jose Aranguren; y el director de investigación, James Wilson. Según Martén, los pilares de competitividad y bienestar de un territorio son sus personas y valores, y su tejido económico. «Por eso, en este informe ponemos el foco en analizar estos dos pilares de la competitividad territorial, para determinar cómo podemos responder a los retos coyunturales y afrontar los temas estructurales», dijo.
Transformaciones
Aranguren, por su parte, ha destacado que la sociedad «está afrontando unas transformaciones profundas que condicionarán el futuro de forma sustancial y con impactos todavía aún por ver». Estas transiciones cuestionan nuestras bases de competitividad y de bienestar, pero también generan oportunidades de crear nuevos negocios y empleo, según explicó la directora de Orkestra.
Según los expertos del Instituto, el análisis de los resultados económico-empresariales del País Vasco «es consistente con la turbulenta situación que está viviendo la economía global en los últimos años». Entre esos claroscuros, añade, algunos indicadores mejoran (PIB per cápita, la rentabilidad y las exportaciones) y otros empeoran (innovación y emprendimiento) debido al impacto de las crisis.
Orkestra ha identificado cinco ejes de acción sobre las palancas de competitividad que deberían guiar la actuación de las empresas, los Gobiernos y otros actores. El primero, explicó Arnguren, fomentar el liderazgo de una nueva competitividad industrial sostenible, respondiendo al importante reto estructural medioambiental. También invita a fortalecer las capacidades de las personas para contribuir a la competitividad y al bienestar, de forma alineada con las necesidades emergentes del territorio.
«Además de aumentar las tasas de actividad y empleo, fomentar la capacitación de las personas e impulsar la integración de las personas inmigrantes, será fundamental promover políticas de recursos humanos innovadoras que contribuyan a la atracción, retención y desarrollo de talento», apunta el informe.
Orkestra advierte de que «es necesario seguir invirtiendo en I+D+i y reforzando las capacidades científicas del territorio, así como mejorar continuamente las capacidades de las personas, adaptándolas a las oportunidades derivadas de la digitalización, la sostenibilidad o el envejecimiento de la población».
Especialización y apertura exterior
El Instituto Vasco de Competitividad considera necesario «reforzar un tejido económico sofisticado, capaz de evolucionar hacia nuevos nichos de especialización sobre la base de las fortalezas industriales que tenemos. Debemos prestar atención a las conexiones entre las diferentes actividades de la industria y entre la industria y los servicios relacionados, fortaleciendo la cooperación multinivel y la público-privada para detectar y aprovechar oportunidades que aumenten la sofisticación del tejido industrial».
Del mismo modo, ve oportuno «profundizar la conectividad internacional de la economía y la sociedad para abrir oportunidades». «Integrar una perspectiva internacional, aumentando tanto la actividad de Euskadi en el exterior y la conexión internacional de los proyectos e iniciativas que se desarrollan en el territorio permitirá avanzar en el desarrollo de nuevos mercados y fuentes de financiación, la atracción y retención del talento o el aumento en la sofisticación del tejido económico y tecnológico», apunta el documento.
En lo que se refiere al envejecimiento de la población vasca, Orkestra constata el aumento de la tasa de envejecimiento, que ha pasado del 18% en 2001 al 23% en 2021, «y está previsto que alcance el 29,3 % en 2036». De hecho, según las proyecciones demográficas, añade, el crecimiento de la población previsto para 2035 vendrá exclusivamente del saldo migratorio positivo. «Precisamente por eso, será primordial cuidar la buena integración del colectivo inmigrante de distintos perfiles y trabajar su capacitación e incorporación al mundo laboral de forma alineada con las necesidades de las empresas y del territorio», afirma.
Luces y sombras
En ese capítulo de luces y sombras, Orkestra sitúa varios aspectos. Por ejemplo, celebra la mejora el PIB per cápita, que se situaba un 9% por encima de la media de la UE-27 en 2021; «aunque aún no ha recuperado la ventaja del 15% que tenía antes de la pandemia, su crecimiento es más fuerte que la media europea», explica.
Llama la atención que, frente al mensaje permanente de las patronales vascas de una pérdida de márgenes por el impacto de la crisis y la inflación, Orkestra ve la moneda el otro lado. «Según las cifras preliminares, se constata una recuperación de la rentabilidad empresarial tras el deterioro causado por la pandemia», asegura.
Entre los resultados de internacionalización añade Orkestra destacan las exportaciones de bienes y servicios, que en 2021 aumentaron en el País Vasco más que la media europea, y que han llegado a niveles récord in 2022. La productividad aparente del trabajo (euros por persona) muestra una recuperación del 5,1% en 2021, «en camino para recuperar los niveles de productividad prepandemia», señala.
Tras las luces, las sombras. Y es que, alerta la institución, «la proporción de pymes innovadoras ha sufrido un ligero descenso del 41% al 39% en 2020». Las ventas de productos nuevos (3,5 p.p. menos en 2020) y el porcentaje de empresas de alto crecimiento (9,6% en 2021, frente al 11,5% en 2019) también se han reducido.
En resumen, concluye el informe, el diagnóstico concluye que los resultados de competitividad y bienestar en el País Vasco continúan siendo sólidos, y aunque la situación coyuntural de los últimos años ha impactado negativamente en algunas dimensiones (como la vida material, la innovación en las pymes, o la productividad), en otras se han observado mejoras (como el aprendizaje, el medioambiente, o la internacionalización).
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