El Rey y Mohamed VI dialogan sobre el Sáhara, el Líbano y la inmigración
El Mundo, 25-07-2006Los Reyes de España y Marruecos mantuvieron ayer un almuerzo privado en Casablanca (Marruecos) y abordaron en su conversación el contencioso del Sahara Occidental, la situación en el Líbano y el fenómeno de la inmigración, entre otras cuestiones.
Según informaron fuentes diplomáticas españolas, el almuerzo, que transcurrió en un clima «muy cordial» y en el que los dos reyes hablaron en español (idioma que Mohamed VI domina), respondía a una invitación del monarca marroquí a Don Juan Carlos, que se desplazó para ello desde Palma de Mallorca.
A las 12.30 (hora local) aterrizaba en el pequeño aeropuerto de Casa Anfa el avión Falcon 900 de la Fuerza Aérea Española en el que el Rey viajó al reino alauí, y que despegó de nuevo rumbo a Palma de Mallorca tres horas y media después.
Esta breve visita, que, según las mismas fuentes, se enmarca «dentro de la naturalidad de las relaciones entre dos países amigos y vecinos», ha servido para que los dos monarcas, que «mantienen contactos telefónicos periódicos», trataran «temas de interés para los dos países».
En primer lugar, los soberanos abordaron las «relaciones bilaterales», su actual estado y, «sobre todo», recalcaron las mismas fuentes, la «necesidad de incrementar los contactos económicos».
En el curso de la conversación se aludió, asimismo, a «la situación del contencioso del Sáhara Occidental y a un tema de actualidad como es el conflicto del Líbano». Los dos jefes de Estado intercambiaron también impresiones sobre «la situación general del Magreb y sobre la inmigración», agregaron las fuentes.
La visita de Don Juan Carlos transcurrió en un clima casi familiar desde el primer momento. Mohamed VI acudió al aeropuerto a recibirle y le acogió al pie del avión. Un abrazo y sendos besos fueron el saludo con el que el rey marroquí recibió a quien Hasán II llamaba «hermano», un término familiar que su hijo ha transformado en «tío».
Los dos reyes pasaron después revista a una compañía de la Guardia Real que, a pesar del carácter privado del viaje, rindió honores en el aeropuerto, donde las banderas española y marroquí ondeaban juntas.
En un deportivo que conducía el propio Mohamed VI, ambos monarcas se trasladaron hasta la cercana residencia privada del monarca alauí en la capital económica del país, donde tuvo lugar el almuerzo, precedido por una charla informal en la que los dos soberanos bebieron un tradicional té a la menta.
Fuentes diplomáticas valoraron como un gesto más de amistad de Mohamed VI hacia su huésped español el hecho de que el encuentro se celebrara en la residencia privada en lugar de en el Palacio Real.
Tras el almuerzo, de nuevo fue el rey de Marruecos al volante de su coche quien condujo a Don Juan Carlos al aeropuerto, donde ambos se despidieron con un abrazo. El viaje del Rey de España se produce 18 meses después de que, junto a la Reina, realizara su segunda visita de Estado al país vecino.
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