El pasado 16 de marzo el ejército ruso bombardeó el teatro de Mariúpol, en Ucrania, en el que se refugiaban del horror de las bombas cerca de 1.200 civiles. El terrible suceso puso sobre la mesa la crueldad de un conflicto bélico, que comenzó a finales de febrero y que se ha enquistado en el tiempo obligando a millones de personas a abandonar sus hogares. Muchos de ellos han recalado en A Coruña, en donde ahora la cuarta edición del Festival de Teatro Valacar les rinde homenaje a través de la obra Liquidación de existencias del dramaturgo Pedro Rubín.

Detrás de la puesta en marcha de la representación están muchos meses de trabajo. «Tras el bombardeo en el teatro nos planteamos qué pasa con los artistas, con todos los trabajadores de ese espacio cultural, con el estallido de la guerra y lanzamos una reflexión. ¿Por qué bombardearon el teatro? ¿Qué significado tiene?», señala Pedro Rubín, director del grupo de teatro Valacar. A partir de ahí, comenzó un proceso de investigación para conocer todos los detalles del bombardeo. «Empezamos a recabar testimonios a través de la búsqueda de documentación con artículos publicados en la prensa. Buscamos testimonios de ucranianos que se marcharon huyendo de la guerra, pero también de los que siguen en el país».

Para el grupo teatral, la premisa principal de la obra parte de una pregunta. «¿Tiene sentido que los artistas sigan en los teatros cuando la ciudad está siendo bombardeada?», indica Rubín, que señala que tras esa reflexión construyeron el relato de una obra que se estrenó con éxito este jueves por la tarde en el salón de actos de la delegación territorial de la ONCE en A Coruña. «Han sido ocho meses de trabajo porque iniciamos el proyecto justo tras el bombardeo. En el teatro había mucha gente que acudió allí a refugiarse, pero también estaban los trabajadores habituales del centro. Nos cuestionamos por qué estaban ahí y qué pasó después del ataque. ¿Tienen las bombas la capacidad de silenciar las palabras?», reflexiona el director del grupo de Teatro Valacar, que destaca que en la pieza no hay un protagonista definido, si no que todos los actores tienen un papel fundamental.

Los interpretes de la obra, María Rodríguez, Willy Méndez, Felipe Cotelo, Ana Docampo, Lucía Cifuentes, Koque Berbel, Marisé Vidal, Daniela Pardal y Jorge G. Bernedo, todos ellos afiliados a la ONCE, se reparten el protagonismo de una representación que busca hacer pensar a los espectadores. Toda las sesiones de Liquidación de existencias están abiertas al público en general y son accesibles para personas con discapacidad visual mediante un sistema de audiodescripción que se solicita a la entrada. Para acceder es necesario mostrar un cupón de la jornada a la que se acude. La obra se representa de nuevo esta tarde y también la semana que viene de jueves a domingo a las 20.30 horas en la sede de la ONCE, en el Cantón Grande número 3. .

Sobre el estreno del jueves, Rubín indica que con los años «los nervios ya no son como antes», pero destaca que «la ilusión por el teatro sigue intacta». «La obra es un homenaje a las víctimas de esta guerra y, además, hemos invitado a asociaciones de refugiados de Galicia y A Coruña a verla por lo que esperamos que se sientan identificados», añade el director de la formación. Asimismo, apunta que Teatro Valacar ha ido aumentado la calidad desde sus inicios. «Son varios años de proyecto, cinco conmigo en el Teatro Galileo, y con el Festival Valacar vamos dando cada vez un paso más. Nos estamos convirtiendo en una cita de referencia».

Convivencia artística

Entre las novedades de esta edición destaca la celebración de Festigual, una convivencia artística bajo el título Repensando nuestro arte ante el reto de la inclusión. El encuentro se realizará el próximo viernes entre las 12.00 y las 18.00 en la Sala Teatro Intermitente Valacar.