Un edificio de Manresa se desploma con 21 personas dentro pero no causa heridos

El Mundo, 25-07-2006

Los vecinos pudieron salir por su propio pie del bloque siniestrado, que hoy será demolido La parte posterior de un edificio de cuatro plantas situado en el barrio de las Escodines de Manresa, en pleno casco viejo, se hundió ayer por la mañana cuando en el interior del inmueble se encontraban 21 personas de origen magrebí. Afortunadamente, ninguno de los inquilinos se encontraba en el momento del derrumbe en la cocina, la parte que se desplomó, lo que evitó daños personales.


El edificio empezará a ser demolido hoy por la tarde y no se descarta que también lo sean los dos edificios contiguos, según fuentes de la policía local de Manresa, ya que padecen de características parecidas al siniestrado.


El número de familias afectadas por el derrumbe asciende a 11: de los 30 afectados, nueve han sido hospedados provisionalmente en el hotel Pere III. Hasta las 22.00 horas de ayer, cuando el bloque fue precintado, los inquilinos pudieron entrar de uno en uno a coger sus efectos personales.


Hasta el lugar de los hechos se desplazaron el alcalde de Manresa, Josep Camprubí, el concejal de Habitatge i Rehabilitació, Ignasi Perramon y varios técnicos municipales para evaluar la situación.El alcalde Camprubí afirmó que tras el desplome repentino, la prioridad es garantizar la seguridad de los vecinos. «No se puede permitir que convivan en un edificio inseguro», añadió.


Tras el desplome, una primera inspección ocular fue suficiente para determinar que el edificio estaba «en crisis», término técnico que indica que el bloque carece de las condiciones necesarias para volver a ser habitado. De hecho, el concejal Ignasi Perramon ya avanzó por la mañana que el inmueble tendría que ser demolido.«No hay opción de recuperarlo», sentenciaba. Y añadió: «Lo más importante es que no hay heridos. Perder tu vivienda es duro, pero pensemos lo que había podido pasar».


Sobre las causas del hundimento, el concejal de Habitatge explicó que el origen reside en una humedad concentrada en la base de la pared que cierra el edificio por la parte posterior y sobre la cual se apoyan cuatro pisos. «Las lluvias de los últimos días han contribuido a debilitar esta pared hecha prácticamente de adobe», explicó.


Hace pocos meses, el propio Ayuntamiento de Manresa emprendió unos derribos dentro del Plan de Saneamiento del nucleo antiguo de la ciudad. Se tiraron abajo varios edificios de la calle Montserrat que hacían de contrafuerte con los que hay en la calle Escodines, entre ellos el immueble afectado.


El concejal de Habitatge explicó sin embargo que se dejaron unos contrafuertes que aseguran el muro y el resto de edificios contiguos, y que estos contrafuertes han quedado intactos después del hundimiento de la parte posterior del número 16. «Con ello se demuestra que el problema viene de abajo, es decir, de la base de la pared, no de los edificios que se derribaron», afirmó.


A las humedades y al tipo de material con el que estaba hecho la pared que se hundió, Perramon añadía otro motivo clave del incidente de ayer: la falta de mantenimiento del edificio por parte de los propietarios, lo que había hecho que el inmueble estuviera en malas condiciones.


En este sentido, el concejal fue muy crítico con las empresas inmobiliarias o particulares que adquieren edificios del barrio viejo simplemente para especular, como sería este caso. «El barrio antiguo de Manresa está en proceso de rehabilitación y hay empresas que se interesan, se implican en el proyecto y compran casas para rehabilitarlas y volverlas a la vida. Pero hay otras que las compran para especular, que las adquieran sin hacer ninguna obra y luego alquilan los pisos a inmigrantes. A estas empresas les digo que se abstengan de adquirir casas en el núcleo viejo de Manresa».


«He salvado la vida por los pelos», relata Amina


Amina es una inmigrante magrebí que residía junto con su familia desde hacía dos años en el tercer piso de la casa que se deplomó.Ayer, unos segundos antes de que se derrumbara la parte posterior del número 16, Amina se encontraba precisamente en la parte afectada, la cocina, preparando el desayuno. Justo tras alejarse de esa parte de la casa se derrumbó el techo. «He salvado la vida por los pelos», explicaba entre lágrimas.


Cocinas y balcones se desplomaron en cadena, llevándose consigo electrodomésticos y bombonas de butano. En medio de una gran nube de polvo, Amina alertó a los suyos al grito de «¡Se está cayendo la casa!, ¡Salgamos todos!». En un santiamén toda la familia salió de las habitaciones y con lo puesto huyeron hacia la calle. El resto de vecinos hicieron lo mismo. «Solo tengo lo puesto, el camisón. Lo demás está todo en la casa», exclamaba la afectada.


Pasado el susto, los vecinos del número 16 aseguraban que ya se lo veían venir. Hace tiempo que las paredes crujían e incluso habían aparecido grietas. Quejarse a la inmobiliaria no les sirvió de nada porque les daba largas. «Incluso llegaron a decirnos que si hacíamos obras nos tendrían que subir el alquiler 100 euros». Otro vecino explicaba que después del derrumbe se oían gritos y personas llorando. «Ha sido terrible, porque no sabíamos si habían muertos».


El presidente de la Asociación de Vecinos, Josep Lluís Martínez, se mostraba muy crítico con la propiedad de la casa. «Aquí mucha gente compra casas por dos reales y luegon se hacen millonarios.En estas casas viven personas. ¿Cómo se las puede meter en en una casa ruinosa?», se preguntaba. El dirigente vecinal también responsabilizó al Ayuntamiento porque «es quien debe preocuparse por la seguridad de sus ciudadanos antes de que pasen las cosas».Ahora, sólo pide que a todos los inquilinos del número 16 se les facilite un piso digno donde poder vivir.

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