El papa, en la catedral en el desierto para los inmigrantes de Baréin
El Diario, , 04-11-2022El papa Francisco acudió hoy a Nuestra Señora de Arabia, una verdadera catedral en medio del desierto de Awali, en Baréin, y la que es la mayor iglesia de todo el golfo Pérsico y un refugio para los católicos del país, cerca de 80.000 y casi todos trabajadores inmigrantes procedentes de Filipinas e India.
En esta iglesia imponente, con capacidad para 2.300 personas, construida cerca del lugar donde surgen las pequeñas casas blancas que se confunden con la arena del desierto donde viven los inmigrantes que trabajan en las refinerías de este rico país, el papa participó en un encuentro ecuménico, con los representantes de las otras religiones cristianas y en el que participo el patriarca de Constantinopla, Bartolomé.
Aquí el papa lanzó un llamamiento al resto de cristianos para que “del mismo modo que en este archipiélago no faltan conexiones estables entre las islas, que sea también así entre nosotros, para no estar aislados, sino en comunión fraterna”.
Francisco que entró en silla de ruedas fue recibido por un caluroso aplauso por los fieles y después se sentó en el altar junto con los líderes de otras confesiones cristianas.
La visita a esta gran catedral, construida en un terreno donado por el soberano Hamad bin Isa Al Kalifa, y justo frente a la mezquita de Sakhir, perteneciente al complejo del palacio real, un verdadero oasis en el desierto, es uno de los motivos por el que el papa ha querido viajar hasta este país del golfo Pérsico.
Francisco, que suele preferir los viajes a las “periferias del mundo”, donde se encuentran las pequeñas comunidades de católicos, vino hasta el desierto para mostrar su cariño a los cerca 80.000 católicos, respecto al millón y medio de habitantes de Baréin, y que procedente de India y Filipinas, Pakistán y Sri Lanka, Bangladés.
En este país, la libertad religiosa es de las mayores en el mundo árabe, pero sólo se puede profesar un credo diferente al islam en los templos, en las dos iglesias que hay en este país, e incluso las conversiones, al menos oficialmente, no están castigadas, pero la tradición familiar no siempre permite una conversión sin expulsión de la propia familia.
En Bahrein se abrió la primera iglesia en el Golfo Pérsico en 1939, la iglesia el Sagrado corazón, que era hasta ahora la única del país.
Y el vicario de esta zona del golfo Pérsico, el obispo Camillo Ballin, consiguió que el monarca accediese a la construcción de la nueva iglesia y donó los terrenos: La nueva catedral de Nuestra Señora de Arabia, que fue inaugurada el pasado diciembre por un representante del soberano y el cardenal Luis Antonio Tagle, prefecto de la Congregación para la evangelización de los Pueblos.
Fue el proyecto de un arquitecto italiano quien se adjudicó la construcción de la iglesia y con la supervisión el fundador del movimiento neocatecumenal, el español Kiko Argüello, quien también diseñó las pinturas que se encuentran en todo el edificio y que recuerdan los iconos bizantinos.
El arzobispo Ballin no tuvo tiempo de asistir a aquel día histórico porque falleció el año pasado, antes de la inauguración.
El abrazo del papa a los católicos llegará mañana cuando el papa celebre una misa en el estadio de Baréin para cerca 20.000 fieles llegado también desde algunos países vecinos.
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