Fuera de la ley. Así está el centro de detención de inmigrantes de Manston, al sur de Inglaterra, en el que unas 4.000 personas se encuentran hacinadas, porque solo fue diseñado para albergar a 1.600. Lo reconoció este jueves el secretario para el Clima, Grant Stuart, que aseguró que el Gobierno «no está cómodo» con la situación que se viene registrando en la instalación, a donde son llevados simpapeles que llegan al país tras cruzar el canal de la Mancha en pequeñas embarcaciones y piden asilo.

«Queremos que se aborde esta crisis, que se controle y eso exactamente está haciendo la ministra del Interior [Suella Braverman]», dijo el funcionario. Horas antes el secretario de Inmigración, Robert Jenrick, reveló que el Gobierno deberá enfrentar una querella por Manston, tras conocerse que 11 de los internos del centro fueron dejados el martes por la noche en la estación de trenes de Victoria, en Londres, sin tener a dónde ir, sin comida ni abrigo y en chanclas.

La BBC informó de que la demanda contra el Ministerio del Interior la interpuso una mujer europea, que llegó irregularmente al país, y permaneció tres semanas privada de su libertad en Manston, pese a que las instalaciones fueron planeadas para estancias cortas.

Algunas de las personas que siguen recluidas en el centro han descrito a los medios que se sienten como «animales en un zoológico» o «en una prisión». El hacinamiento en Manston no solo se debe a que el flujo de inmigrantes no cesa, sino también a la incapacidad de las autoridades migratorias para tramitar las solicitudes de asilo con celeridad.

Organizaciones de derechos humanos, la oposición y algunos diputados conservadores han responsabilizado de esta crisis a Braverman, quien habría ignorado informes sobre el estado del centro.

Por la misma senda

Pese a la crisis Braverman insiste en sus políticas de mano dura contra la inmigración ilegal. El 10 de Downing Street confirmó este jueves que está negociando con varios países acuerdos similares al suscrito con Ruanda. Londres pactó con Kigali que esta reciba a aquellos inmigrantes que llegaron ilegalmente al Reino Unido y cuyas solicitudes de asilo fueron rechazadas, a cambio de dinero.

La prensa londinense aseguraba que Paraguay, Perú y Belice serían algunos de los países con los que el Gobierno está en conversaciones.