Recuento de personas sin techo en Gipuzkoa

«El chaval que llega debe saber que va a pasar un año o dos sin un techo»

Diario Vasco, OSKAR ORTIZ DE GUINEA, 28-10-2022

El recuento de personas sin techo realizado la madrugada del miércoles a este jueves en 23 municipios del País Vasco –tanto a pie de calle por voluntarios como en los recursos institucionales por sus trabajadores sociales– permitirá conocer este viernes un mapa sobre el sinhogarismo en buena parte de las principales localidades vascas, incluidas sus tres capitales. Una de las personas que participó en el conteo, el miembro de Cáritas Gipuzkoa Sergio Corchón, recuerda que «el perfil de quien duerme en la calle ha ido variando», lo que hace que se haya «reducido algo» el número de ‘sintecho’. Esto no significa que haya menguado el sinhogarismo, sino que, por un lado, algunos han accedido a algún recurso social y, por otro, la creciente población inmigrante se busca la vida en infraviviendas, es decir, «casas abandonadas, chabolas, lonjas o tiendas de camping que montan en apartados».

Camino «largo y duro»
Lamenta que «los chavales que vienen tienen que saber que van a tener que pasar como una ‘condena’ de un año y medio o dos en la calle», antes de obtener un arraigo o un empadronamiento. Recuerda que municipios como Donostia o Irun cuentan con la figura del padrón social para aquellos que «con el tiempo» entran en contacto con servicios sociales. El camino a un arraigo requiere «aprender castellano, formarte con cursos, entrar en contacto con servicios sociales…». Pero «no es fácil» y sí «largo y duro».

Recuerda que «para acceder a alguna ayuda en Euskadi, a una AES, se necesita mínimo seis meses de padrón. Que es una subvención de unos 250 euros. Pero para acceder a una RGI, se necesitan tres años de padrón», aunque está previsto relajarlo a dos en algún caso.

Al año y medio, sin embargo, «hay ayuntamientos que sí dan una ayuda para una habitación. Pero a veces está condicionada a un contrato y un padrón, porque si no te dan la ayuda, entonces le quitan el contrato, le quitan el padrón, y vuelven a la calle».

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