El partido ultraderechista portugués Chega sigue, cada vez con menos disimulo y más alusiones, los pasos de Vox en España. Su último movimiento fue la creación del sindicato Solidariedade, con el mismo nombre y bases ideológicas que la unión de trabajadores que hace dos años había creado el partido español.

La nueva formación apunta a colectivos de empleados públicos como profesores, sanitarios y fuerzas policiales y de seguridad, áreas que Chega considera claves y a las que ya había intentado acercarse mediante el Movimento Zero. Su premisa es «disputar la calle» a la izquierda y ofrecer una alternativa «no ideológica» a los trabajadores que quieran reivindicar sus derechos sin caer en una «lucha de clases inexistente», según las palabras de su líder, André Ventura.

En una rueda de prensa en la sede del partido, Ventura dijo que «la valorización de los trabajadores, de sus salarios y de sus carreras no es una cuestión de izquierda, ni de centro ni de derecha, sino de interés nacional». De momento, solo el nombre y la web están registrados, pero Ventura espera que la organización esté activa a finales de este año de cara a una gran manifestación inaugural en enero del 2023.

De esta forma, Chega quiere expandirse hacia una mayor base social y «crear una relación» próxima con su potencial electorado, imitando el «exitoso» modelo de Vox. No ocultan que entre los objetivos del sindicato también se encuentra defender la patria, la familia y luchar contra las actuales políticas de inmigración.

Chega, el Vox portugués

En esa misma línea se define Ventura: «Liberal en lo económico, nacionalista y conservador». Procedente de las filas del conservador PSD, fundó Chega en el 2019 y, hace dos años, anunció su afiliación a la asociación de extrema derecha europea Identidad y Democracia. Ya en el 2021, firmó con Vox la Carta de Madrid contra los «yugos totalitarios de inspiración comunista». De ahí que no sea de extrañar que, por alusiones históricas, hayan decidido bautizar sus sindicatos como el mítico movimiento obrero polaco Solidarnost, que luchó contra las autoridades comunistas en los años 80.

Chega se presentó por primera vez a las elecciones en el 2019 y consiguió un escaño. En los comicios de enero de este año aumentó hasta los 12 diputados, que no le sirvieron para formar gobierno de coalición con otros grupos conservadores. Eso sí, las encuestas indican que es el único partido que está siendo capaz de capitalizar la caída de popularidad del Ejecutivo socialista de António Costa. Lastrado por la inflación y la guerra, fueron las polémicas en torno a los actuales ministros las que acabaron por distanciar al Ejecutivo de la población. Los últimos sondeos indicaban que, con cuatro escaños más, Chega parece ser quien mejor está aprovechando este vacío, posicionándose como la alternativa frente a los abusos de las élites políticas.