Casi 2.000 personas viven en la calle en Bizkaia y siete de cada diez son extranjeros

Los datos del Eustat revelan que son 808 más que hace una década y que, si entonces la principal causa era la pérdida de empleo, ahora lo es la emigración

Diario Vasco, ALBA CÁRCAMO, 20-10-2022

El número de personas sin hogar se ha disparado en una década en Bizkaia. En nuestro territorio hay 1.947 ciudadanos que pernoctan en albergues, en pisos de entidades sociales o en la calle, 808 más que en 2012. Las cifras las ha hecho públicas en la mañana de este miércoles el Instituto Vasco de Estadística, que también dibuja un perfil de este colectivo. Son mayoritariamente hombres extranjeros de entre 18 y 44 años, solteros, con estudios secundarios y en paro. De hecho, destaca el Eustat, mientras que hace diez años la principal razón para acabar en un albergue era haber perdido el empleo (uno de cada cuatro), en este 2022 lo es la emigración (47,3%).

En la asociación Bizitegi, que desde hace más de cuarenta años trabaja con personas en exclusión, incluyendo ‘sintecho’, comparten esa lectura. «En 2012, uno de los momentos más críticos de la crisis, hubo mucho impacto en las condiciones de las personas trabajadoras un parón en los flujos migratorios», explica Aitor Ipiña, el gerente de la entidad. Ahora la situación se ha invertido y «simplemente andando por la calle» se ve ese perfil de «joven, migrante y, sobre todo, del Magreb». De hecho, siete de cada diez nacieron fuera de España –en 2012 eran seis de cada diez– y el 40% proceden de Marruecos (diez puntos más que en la última encuesta).

El lugar de pernoctación también ha sufrido grandes variaciones desde 2012, cuando el 41% dormían en pisos o pensiones gracias al apoyo de organizaciones sociales. Ahora, quienes pasan la noche en este tipo de alojamientos suponen el 64%, mientras que en albergues apenas están un 15,6%. Entiende Ipiña que se debe a que en los últimos años se han sumado «más recursos residenciales y pisos sociales» (han crecido en el mismo período de 86 a 115 en el territorio), opinión compartida por los responsables de la operación en el Eustat, que creen «compatible» el aumento de usuarios con el incremento de «la oferta de este tipo de plazas».

Bizkaia, de acuerdo a la encuesta elaborada por el órgano estadístico, que ha recabado la información en los comedores sociales y los espacios habilitados para pasar la noche, es la provincia que menor crecimiento ha experimentado (un 70,9% frente al 180,4% de Gipuzkoa y el 132,3% de Álava). Aunque también es cierto que acoge al grueso de la población sin hogar de Euskadi, un 43,7% de los 4.456 ‘sintecho’. Bilbao, con 1.882 personas, casi triplica a los residentes en Vitoria y San Sebastián y concentra al 96,6% de quienes no tienen un domicilio en la provincia. Desde el instituto estadístico precisan que es la provincia más poblada, por lo que, «proporcionalmente», habría «menos personas sin hogar».

Mujeres en hogares violentos
Los expertos del Eustat consideran asimismo que el hecho de que este territorio y su capital sean los lugares con los datos más altos responde en gran medida a que disponen de «más centros» para su acogida. En 2020, de hecho, de los 250 albergues y pisos de los que disponía el País Vasco, 115 estaban en suelo vizcaíno, donde se localizaban siete de los diez comedores. Además de «concentrar más recursos», apunta Ipiña, «las grandes capitales» como Bilbao «permiten más anonimato».

El gerente de Bizitegi también quiere poner el foco en las mujeres. No hay datos provinciales, pero a nivel de comunidad autónoma suponen el 21,8%. «Se tienen en cuenta a las que acuden a albergues o a comedores, pero el concepto sinhogarismo incluye a quienes están en una vivienda peligrosa, por ejemplo por maltrato de su pareja, y esas son muchas más», lamenta.

Uno de cada diez ha sufrido una agresión
La convivencia entre los ‘sintecho’ y el resto de la sociedad ha experimentado una mejoría en la última década. El número de agresiones, robos o insultos sufridos por quienes están en la calle ha disminuido de forma importante. En 2012, por ejemplo, el 27% habían sido víctimas de alguna sustracción, mientras que en este 2022 la tasa es de un 10%. Los ataques contra su integridad se han reducido en nueve puntos, hasta un 10,6%, y las vejaciones en diez, hasta el 13%. También son menos quienes refieren haber sido detenidos: un 14% en 2022 y casi un 30% en 2012. Aitor Ipiña, gerente de la asociación Bizitegi, señala que la reducción de las agresiones es «un dato que nos satisface» y que revela que «ha calado la concienciación», aunque advierte de que «todavía queda mucho trabajo por hacer» y que las «denuncias» de los vecinos de algunos de los lugares en los que pernoctan «está trasladando» a parte de quienes residen en la calle «a las laderas», donde «se invisibiliza» esa realidad.

Su estado de salud, según lo perciben las propias personas sin hogar, es «muy bueno» en el 69,5% de los casos. No obstante, el 23% padecen una enfermedad crónica y el 14,2% algún tipo de discapacidad. Además, uno de cada cinco ha tenido que ser hospitalizado en alguna ocasión. Las cifras son muy similares a las de hace una década. Respecto a las adicciones, el 79,4% aseguran no beber alcohol en la anterior encuesta eran un 73% y el 86% señalan que no consumen drogas en 2012 eran un 71%. Los estupefacientes más utilizados son la marihuana, de la que hacen uso un 11,5% de las personas sin hogar, y la cocaína, con un 2,5%.

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