El «movimiento anómalo» de menas detectado en Oviedo en 2017 originó la investigación policial que ha llevado hasta el banquillo de la Audiencia Provincial a 14 acusados de pertenecer a una red de inmigración clandestina de menores que entraron en la Península en pateras o en los bajos de camiones. Con apenas dos meses de diferencia se detectó la presencia de 28 menas que habrían cruzado la frontera para llegar a territorio español con visados falsificados en pateras o bajos de camiones.

Según el testimonio del jefe del operativo, todos los menas cumplían un mismo perfil: no superaban los 16 años, llegaban procedentes de la ciudad marroquí de Tinghir, eran de origen bereber, tenían formación, eran muy educados, no pertenecían a entornos desestructurados y acababan alojados en un centro de acogida de Oviedo.

Las pesquisas se dirigieron hacia una cocinera del centro, tanto por su origen bereber como por ser la madre de un joven que fue condenado por un delito relacionado con el tráfico de menas, y hacia un educador al que se interceptó una conversación telefónica.

Las escuchas telefónicas mostraban conversaciones donde se preguntaba si había plazas libres en el centro, la edad que tenían que tener los menores para que no les mandaran a los servicios de acogida y los requisitos para acceder a los centros de Asturias.

Los jefes de los grupos de Extranjería contra la trata de seres humanos de Asturias y Madrid así lo han atestiguado este miércoles ante los magistrados de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial en la segunda sesión del juicio que se sigue contra los presuntos miembros de esta organización, para quienes la Fiscalía solicita penas que oscilan entre seis meses y siete años de cárcel.

En la primera sesión del juicio, celebrada el pasado lunes, ocho de los acusados reconocieron los hechos imputados por la Fiscalía, mientras que los otros seis negaron cualquier participación en la supuesta red de inmigración clandestina

En la jornada de hoy, más de una decena de policías han ratificado el contenido de las escuchas telefónicas y las vigilancias que llevaron a la imputación de los acusados y a establecer sus distintos roles dentro de la organización.

Por su parte, el jefe de grupo de la Brigada Central ha asegurado que la Policía asturiana pidió su colaboración ante el «flujo de menas» que en poco tiempo estaban entrando en Asturias por el sur de España y llegaban hasta el centro, y debido a la sospecha de que pudiera tratarse de una red organizada, ya que los menores no sabían moverse por la península porque «desconocen el idioma, la cultura y la geografía», ha añadido.

Por su parte, los agentes varios de ellos a través de videoconferencia han ratificado que la investigación fue «muy laboriosa» y han explicado que en las escuchas pudieron constatar que varios acusados hablaban sobre salidas de embarcaciones.

Además, incautaron libretas con nombres de personas con anotaciones numéricas y alfanuméricas y traducidas del árabe por un intérprete.

En el contenido del volcado de los teléfonos también hallaron indicios de personas y fotos de sacos de dinero que, según han manifestado, «coincidían con las hipótesis policiales».

El juicio continuará esta tarde con la declaración de varios agentes de la Policía Científica y para mañana, jueves, han sido citados un total de 32 jóvenes menas que actualmente ya son mayores de edad, informa EFE.