«Claro que sufrimos discriminación»
La comunidad senegalesa invita a la población de Lea Artibai a estrechar lazos en la jornada festiva que organiza hoy en Ondarroa
El Correo, , 19-09-2022La comunidad senegalesa de la comarca de Lea Artibai supera, en la actualidad, el medio millar de personas. Y residen en su mayoría en Ondarroa y Berriatua, además de Markina y Mutriku, donde los precios de los alquileres son más asequibles. Según los últimos datos recogidos por el Observatorio Vasco de la Inmigración, el porcentaje de población extranjera de la zona se sitúa en torno al 10,9% (2.800 personas), tan sólo por detrás del Gran Bilbao, con un 11% el pasado año.
«La población ‘flotante’, que no se registra, es más elevada, porque hay muchos compañeros que una vez que consiguen regular su situación toman rumbo, sobre todo a Francia y Alemania», detalla Moussa Thior, portavoz de la comunidad senegalesa que reside en Lea Artibai. Los que como este arrantzale ya jubilado decidieron quedarse aquí tienen un importante arraigo. «Es un sitio que nos ha conquistado, aunque la barrera del idioma es un poco complicada, sobre todo aquí donde cada municipio tiene su propio dialecto», reconocen.
Moussa Thior, portavoz de la comunidad de senegaleses.
Moussa Thior, portavoz de la comunidad de senegaleses. / IGNACIO PÉREZ
La mayoría de ellos se dedica a actividades vinculadas con el mar. Son ‘Serer Ñominka’, ‘los que vienen del mar’ en wolof, un idioma que se mezcla en las conversaciones con el castellano y el euskera, sobre todo entre los más jóvenes que acuden a la escuela.
«No es nada fácil encontrar un trabajo y cuando llegas te das cuenta realmente de las dificultades que hay», admiten tras confesar que aún funciona el efecto llamada. «La comunidad es muy importante para nosotros y la solidaridad un pilar en nuestra cultura», recalcan.
De ahí que valoran en mayúscula el respaldo de la ciudadanía de Lea Artibai en trágicos momentos como el producido a finales del pasado mes de agosto con la muerte de un compatriota aplastado por una roca en una cantera de Markina. El fallecido, Babacar Faye había llegado a Bizkaia hace cinco años siguiendo los pasos de su familia.
«Las campañas de recogida de fondos para costear los gastos para repatriar a los compañeros que han muerto son muy importantes para nosotros», manifiestan. «Sin ellos, no podríamos devolverlos a sus familias», indican. La religión no representa ningún obstáculo. La mayoría profesa la musulmana y cumplen con sus ritos en la mezquita situada en la parte vieja de Ondarroa, a escasos pasos de la parroquia Andra Mari.
Por municipios, Berriatua encabeza la lista de Bizkaia con un 17%, es decir, con más de 200 ciudadanos procedentes de otros países del total de 1.232 censados. A continuación, se sitúa Markina donde 790 de sus 5.072 habitantes son de origen extranjero, lo que representa un 15,6%. En Ondarroa, los nuevos vecinos suman 811 personas.
«La integración es necesaria. Cuando uno llega a un lugar tiene que intentar participar en las cosas del pueblo. Si todos vivimos aquí, tendremos que luchar por él, vengamos de donde vengamos», recalca Moussa Thior, curtido en ayudar a los subsaharianos recién llegados a la villa costera en asuntos básicos como el trabajo, papeles, trámites, vivienda, educación y salud.
«Otra oportunidad»
Todo lo necesario para instalarse en un lugar nuevo y desconocido. «Claro que sufrimos situaciones de discriminación y, aunque muchos ansían volver porque tiene allí a su mujer e hijos, reconocemos que Ondarroa nos ha dado otra oportunidad», aseguran con rotundidad.
En la plaza de esta localidad costera celebran este sábado su jornada festiva. «Es una ocasión ideal para conocernos mejor, unir lazos y mostrar la buena convivencia que tenemos», señala Thior. «Todo el que quiera es bienvenido», recalca.
La cita tiene como ejes centrales la celebración de una comida y un concierto a partir de las ocho de la tarde a cargo de Oussou Ndiol Et Le Guelwar De Sine. «También mostraremos nuestra cultura y tradiciones», añade Thior, primer senegalés en trabajar como arrantzale en el puerto de Ondarroa hace ya más de tres décadas. Lucirán sus mejores galas; ropas vistosas y coloridas que en el caso de las mujeres se completarán con espectaculares tocados. Muchas de ellas se dedican casi exclusivamente a cuidar de la familia, aunque cada vez un mayor número de ellas trabaja en conserveras de la zona.
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