El flujo de migrantes en Irun cae desde abril pero aún supera las cifras récord de 2021

El recurso de Hilanderas en Irun ronda las 5.000 atenciones hasta agosto, medio millar más que hace doce meses

Diario Vasco, OSKAR ORTIZ DE GUINEA, 12-09-2022

Los flujos migratorios a menudo resultan impredecibles, al responder a una lógica no siempre evidente, en ocasiones incierta como el futuro que buscan en Europa quienes han dejado África. Por algún motivo, la afluencia de migrantes en paso por Irun lleva desde marzo con unas cifras por debajo de las previstas y también de las registradas en 2021, el año en el que se registró la mayor cantidad de atenciones en la muga, con prácticamente 8.000. Sin embargo, esta cifra podría superarse de aquí a diciembre, ya que hasta el momento han llegado a la frontera medio millar de personas más que hace doce meses.

Según los datos facilitados por el departamento de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales del Gobierno Vasco, así como por Cruz Roja, unas 5.000 personas han sido atendidas en el recurso para migrantes en tránsito que esta oenegé gestiona en Hilanderas. A falta de confirmar las cifras de agosto, julio se cerró con 4.495 atenciones, prácticamente 500 más que un año antes (3.964). Este superávit, sin embargo, se arrastra desde las extraordinarias llegadas alcanzadas durante el primer trimestre, con 2.596: 816 en enero, 874 en febrero y 906 en marzo. En los últimos cuatro meses, empero, las atenciones han oscilado entre las 440 de abril y las 516 de junio, y han sido inferiores a las habidas en 2021.

«No sabemos por qué, pero sí es verdad que están viniendo menos personas», admiten desde Irungo Harrera Sarea (IHS) Josune Mendigutxia y Jon Aranguren. En la misma línea se manifiesta la responsable del programa de asilo, refugiados e inmigrantes de Cruz Roja Euskadi, Nahía Díaz de Corcuera. «Cada vez es más difícil saber cuál puede ser el momento en el que se registre mayor número de llegadas», apunta. «Cambia mucho según cuál sea el puerto de entrada, si es por Canarias, el Estrecho de Gibraltar o el mar de Alborán». En el caso de las islas, por donde entran la mayoría de quienes cruzan la muga en Irun, «estas personas –explica Díaz de Corcuera– dependen en gran medida de la tramitación de una autorización que les permite el traslado a la península», y el tiempo para esta diligencia es imprevisible.

LAS CLAVES
Recurso de Hilanderas. Cruz Roja realizó 2.596 atenciones en el primer trimestre y apenas 2.400 en los cinco meses siguientes

Controles policiales. «Francia justifica así ante la opinión pública que lucha contra la inmigración», dice Jon Aranguren desde IHS

De hecho, cuando en marzo fue necesario activar el plan de contingencia del que el Gobierno Vasco dispone en Irun, «no fue porque hubiera mayor llegada a costa, sino porque un mayor número de personas fue recibiendo su tramitación para el traslado a la península», recuerda Díaz de Corcuera. «Pero no sabemos los motivos», subraya. Jon Aranguren, por su parte, lanza su propia «conjetura. No sé si tendrá que ver con aprovechar los huecos libres en los aviones y que en verano hay menos plazas libres. Pero nos consta que a Canarias han seguido llegando».

Hasta agosto, se han contabilizado 16.718 entradas al Estado español de forma irregular, prácticamente las mismas que en el mismo periodo de 2021 (16.586) y 2019 (16.600). El confinamiento dejó el dato de 2020 en 11.084, según traslada Cruz Roja. Jon Aranguren asegura que «cada mes atendemos en la plaza San Juan a un mínimo de 300-400 migrantes, a veces son 500-600».

Respaldo del Senado
El hecho de que el pleno del Senado aprobara el miércoles –una moción planteada por EH Bildu y enmendada por el PSOE– pedir al Gobierno central «medidas eficaces» para impedir «nuevas tragedias» de migrantes en la muga con Iparralde, en comunión especialmente «con Francia», es bien recibida en Irun… si se lleva a cabo. Aranguren opina que «si quitamos la parte dramática –los siete muertos en 2021 y los dos de este año–, esta frontera es una broma, porque todo el mundo sabe que los migrantes terminan pasando. Lo sabe Macron, lo sabemos nosotros, lo saben los chavales que llegan a Irun y lo sabe la policía francesa. El único sentido de los controles policiales es para justificar ante la opinión pública francesa que están luchando contra la ‘invasión’ africana. Si no, no se entiende», recalca Jon Aranguren.

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