Alou ya tiene papeles

Lucía deja Alicante rumbo al Hospital Virgen del Remedio de Sevilla El inmigrante que la rescató del agua regulariza su situación en España

La Verdad, 22-07-2006

La pequeña Lucía está, por fin, más cerca de casa. Ayer, a las 12.00 horas, los médicos del Hospital General de Alicante la dieron el alta y una ambulancia la llevó a Sevilla, su ciudad, donde tendrá que pasar una temporada en el Hospital Virgen del Remedio para empezar con su rehabilitación.

Al abandonar el hospital no estuvo sola. Alou, el hombre que la llevó en volandas hasta el puesto de socorro, preguntó por ella en los dos días siguientes y que, desde el martes, no ha faltado ni un sólo día a visitarla en el hospital, no podía dejarla ir sin despedirla.

El senegalés estaba ayer especialmente contento, pues la noticia de que sus papeles estaban asegurados fue lo que le despertó por la mañana. «No puedo creerlo, estoy muy, muy feliz», alcanzaba a decir por teléfono, cuando La Verdad se lo comunicó.

«¿Pero cómo ha podido ser tan rápido?». Aún le costaba asimilarlo. La contestación la daba la subdelegada del Gobierno en Alicante, Etelvina Andreu: «La historia les ha parecido preciosa en Madrid. Preciosa. Oída y conforme la secretaria de Estado, Consuelo Rumí, ha dejado en mis manos la decisión, como subdelegada del Gobierno en la provincia y, una vez facultada, he autorizado la regularización. La historia me parece, además de bonita, excepcional y, como tal, adopto esta medida también excepcional», argumenta Andreu.

El agradecimiento de Alou, que ha hecho extensivo a todos aquellos que han puesto su granito de arena para conseguirlo, fue dirigido fundamentalmente a la familia de Lucía. Ellos son los que, desde el primer día, insistieron en la necesidad de encontrarlo y reconocer su acción solidaria para con su hija.

En cuanto Juan Manuel y Petra se enteraron de que le habían otorgado el permiso de residencia, supieron que podían irse a casa sin preocupaciones.

«Nos vamos tranquilos por él», aseguró Juan Manuel. «Teníamos miedo de que cuando no estuviéramos aquí el tema quedase en el olvido y ahora sabemos que no será así», añadió.

En el hospital, una mezcla de alegría y emoción se mezclaban en el ambiente. La familia felicitó a Alou, quien se acercó a Lucía, para disfrutar de sus últimos momentos con ella. Ya estaba en la camilla, esperando al ascensor. Alou la tranquilizó de los nervios que tenía por el viaje, sonriendo, enseñándole su peluche y manteniéndose siempre cerca de ella. Era curioso como seguía protegiéndola hasta el último momento. «Que tengas mucha suerte Alou, ha sido un placer haber podido conocerte», le despidió Juan Manuel.

Lucía estaba inquieta, la dolía la mano y no estaba muy segura de querer meterse en la ambulancia para viajar durante seis horas. «¿No quieres irte a casa?», le preguntaron, y ella contestó que a casa todavía no se va. Aún le quedan unas semanas de hospital, pero al menos allí «tendrá cerca a sus amiguitas que irán a verla todos los días», la anima Juan Manuel.

Las vacaciones en Alicante no fueron sido tal y como las esperaban, pero les ha compensado un poco haber tenido la posibilidad de conocer a Alou.

Aunque siguen preocupados por las heridas de Lucía y no saben si se recuperará del todo, estar seguros de que a partir de ahora nadie podrá echar a Alou de España, puso una sonrisa en sus caras el día de su partida.

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