La invasión de turistas obliga a los establecimientos a reclamar personal para trabajar en los meses de la etapa estival. Los hosteleros los buscan hasta debajo de las piedras, aseguran. La mayoría de los camareros y cocineros que ocupan estos empleos son jóvenes universitarios que trabajan para pagarse los gastos del verano o los estudios, o bien inmigrantes procedentes del sector de la agricultura. Según explica el secretario técnico de la Asociación de Hosteleros de Cartagena, Hostecar, Isidoro Bobadilla, «en la etapa de temporada veraniega, la oferta y la demanda están muy parejas».

Él no se atreve a dar datos, pero otras fuentes del sector consultadas por este periódico afirman que casi el 40% de los camareros y cocineros que se contratan en los últimos meses en el municipio son extranjeros. Por eso, los hosteleros tienen cada vez una mayor conciencia de la necesidad de regularizar los contratos y ofrecer empleos estables. «La calidad del empleo ha subido y ahora lo que se ofrece interesa a los extranjeros, que echan una mano eventualmente, pero también a mucho a los jóvenes españoles», dicen en Hostecar.