Madrid. Ayer llegó a la costa de Tenerife un cayuco con un grupo de 43
inmigrantes a bordo, entre los que había una persona muerta y otras cuatro
que se encontraban en estado muy grave. Es el suceso más trágico en torno
a la inmigración de las últimas horas. Y mientras el goteo de
subsaharianos continúa, el Ejecutivo espera que la misión de la agencia
europea Frontex de vigilancia de las costas africanas pueda ponerse en
marcha en los próximos días.
   El inmigrante muerto se
encontraba entre un grupo de 43, de los que cuatro se encontraban muy
graves cuando llegaron a la costa de Tenerife escoltados por una patrulla
de Salvamento Marítimo, que avistó la embarcación. Estos cuatro fueron
trasladados de inmediato al Hospital de La Candelaria. De hecho, en un
primer momento se pensó que había un total de cinco cadáveres, aunque
varios de ellos todavía tenían pulso, y pudieron finalmente ser reanimados
por los servicios médicos.
   Esta embarcación se suma a otras dos
que fueron interceptadas en las últimas horas frente a la costa andaluza,
con varios menores a bordo. Las pateras se localizaron entre la tarde del
jueves y la madrugada de ayer frente a las costas de Fuengirola y de
Nerja, respectivamente. La primera, con diez varones marroquíes a bordo,
llegó a la playa de Nerja en torno a las 19.00 horas. Horas más tarde, ya
de madrugada, se localizó una segunda embarcación en la que había
veinticuatro marroquíes cerca de la costa de Fuengirola. Todos ellos
tenían un buen estado de salud.