La representante en Vigo del pueblo que están invadiendo las tropas rusas, Marta Skyba, calcula que desde el mes de marzo la Asociación de Ucranianos en Galicia Girasol, de ayuda a refugiados de ese país, ha asistido alrededor de 120 familias asentadas en la ciudad y alrededores. Aunque parecía que el flujo de migrantes había disminuido a comienzos de verano, la ucraniana comenta que todavía siguen llegando desde el país. Cada vez son más las personas que no soportan «vivir con una sirena a diario que te indica que tienes que bajar al refugio», explica Skyba, que cree que la guerra todavía «va para largo».
Todos los que aterrizaron hasta el momento en Vigo han encontrado un lugar donde continuar su vida temporalmente. La portavoz ucraniana agradece en ese sentido la colaboración de asociaciones como Accem, Cruz Roja o Emergency Home, que se encargan de coordinar la llegada de los refugiados. También de todos los gallegos con buen corazón, que sin pertenecer a ninguna organización «prestan su ayuda sin pedir nada a cambio».

El problema con el que se encuentran ahora las familias ucranianas es su adaptación. El idioma es posiblemente el mayor hándicap a la hora de buscar un trabajo, pero hay otros obstáculos que impiden a los recién llegados conseguir un sustento para su nueva vida. Muchas mujeres llegan solo acompañadas de sus hijos pequeños y, aunque la idea de trabajar ronda sus cabezas, no tienen con quién dejar a los niños.

Skyba destaca, por otra parte, el trabajo que ella misma realiza en colaboración con Girasol desde el bajo que les han cedido en Santo Tomé de Freixeiro. Lo que comenzó siendo en marzo un almacén de ayuda humanitaria para enviar a Ucrania se ha convertido por necesidad en un lugar al que los refugiados ucranianos pueden acudir en busca de apoyo. Allí reciben alimentos, ropa y medicinas, entre otros enseres de primera necesidad. A pesar de que todos los acogidos reciben mensualmente una ayuda temporal —400 euros las familias de al menos seis miembros—, asegura que la supervivencia resulta muy complicada.

«Cantaremos por los que lucharon por la independencia 30 años atrás»
Hoy hace 31 años que los ucranianos lograron deshacerse del yugo de la URSS. Tres décadas más tarde lo celebran suplicando que se haga justicia en su país, mientras Rusia intenta tomar el control de nuevo. La marcha programada en Vigo con motivo del Día de la Independencia, comienza a las 18.00 horas con un paseo desde el monumento de los rederos de la Gran Vía hasta la Praza do Rei. Una hora más tarde, los refugiados asentados en Vigo cantarán «canciones patrióticas por los soldados que lucharon por la independencia», según Marta Skyba, una de las organizadoras del acto. Los más pequeños recitarán sus propias poesías. Frente al Ayuntamiento se podrá ver una exposición de dibujos hechos por los niños ucranianos, en los que tratan de representar «su Ucrania». Acompañando a esta, habrá otra muestra con fotografías de ciudades ucranianas antes y después del comienzo de la guerra.