El Departamento vasco de Sanidad declaró ayer «no apto» el baño en la playa primera de Garaio – la más cercana al punto de información – por la «mala calificación sanitaria» del agua. Un chapuzón prolongado «puede presentar riesgo para la salud de las personas», advirtieron los responsables sanitarios en un comunicado. Ésta es la primera vez en toda la campaña estival que se coloca la bandera roja en una de las áreas de recreo de los embalses, aunque ayer muchas personas se bañaron aún en la zona. Eso sí, en las últimas semanas es normal que se recomiende precaución en Landa, lo que significa que las inmersiones no deben superar los 15 minutos y es recomendable la ducha con agua potable posterior.

Se da la circunstancia de que la medida se ha tomado una semana después de que llegaran a Garaio una treintena de caravanas en las que viven alrededor de 150 personas de etnia gitana, que se asentaron en la zona más próxima a Mendixur. Según explicó ayer el director foral de Medio Ambiente, Yago – ba Gómez, los vigilantes detectaron el pasado viernes la presencia de las primeras furgonetas, a cuyos ocupantes se les informó «puerta a puerta» de que la acampada a orillas del pantano está prohibida. Los campistas no sólo no se fueron, sino que recibieron a más compañeros.

El martes, un representante del grupo pidió a la Diputación que les dejara prorrogar su estancia en Garaio dos días más «para celebrar una ceremonia religiosa», indicó Gómez. La respuesta de Medio Ambiente fue tajante: «Les dijimos que no, que debían desalojar la zona por la tarde». Sin embargo, el campamento siguió ahí y, además, la institución foral tuvo noticias de que podrían desplazarse hasta el pantano en estos dos días cien caravanas más.

Lavan coches y ropa

Ante esta situación, la Diputación decretó ayer el desalojo de todos los vehículos de motor tipo caravana o autocaravana que se encontraran en el parque. El propio director de Medio Ambiente, escoltado por una patrulla de Miñones, se reunió con los campistas para comunicarles su decisión. Tampoco podrían entrar en el recinto más furgonetas.

Medio Ambiente organizó un grupo de vigilancia para explicar la situación a las caravanas que llegasen. Asimismo, pidió la ayuda de la Ertzaintza y trasladó un informe con lo ocurrido a los departamentos vascos de Sanidad y Medio Ambiente y al fiscal jefe de Álava. La Diputación solicitó la media – ción de la asociación Gao Lacho Drom y advirtió de que, si los campistas no se iban de manera voluntaria, pediría la intervención de la Policía autónoma. Sin embargo, no fue necesario. A las nueve de la noche abandonaban el lugar las primeras caravanas, según informó el propio Yagoba Gómez, y una hora después el parque estaba despejado.

Toda esta situación ha perturbado la pacífica vida del parque. En esta semana, según el informe realizado por la empresa Galemys, que gestiona el recinto, el grupo ha lavado los coches y la ropa a orillas del embalse del que beben los alaveses y los vizcaínos. Asimismo, causaron desperfectos en las duchas y baños. Además, algunos de sus miembros conducían en dirección contraria por el parque, encendieron hogueras y amenazaron a los vigilantes, relató Gómez.

El colectivo, por su parte, se siente víctima de una «discriminación racista», declararon ayer algunos de sus miembros.