Dos barcazas más fueron rescatadas junto a las islas con más de un centenar de ‘irregulares’ a bordo Ya se la conoce como la ruta de la muerte. A las aguas canarias continúan llegando inmigrantes irregulares a centenares, y en los últimos días sus barcazas se han convertido en ataúdes flotantes. Ayer un inmigrante fue encontrado muerto y otros seis más en estado grave – tan grave, que en un principio se habló de cinco fallecidos – a causa del frío y la deshidratación después de no se sabe cuántos días de travesía entre Africa y Canarias.

Tres días antes, la tragedia tenía nombre de niño: Adams Kasmim, de 15 días. Este pequeño murió en medio del mar, en brazos de su madre, quien dio a luz en pleno desierto antes de embarcarse.

La patera, con 45 inmigrantes irregulares, fue remolcada por la patrullera Río Palma hasta el muelle de Los Cristianos, en Tenerife. Uno de los inmigrantes yacía en la embarcación y otros seis no podían moverse.

Uno de ellos, el más grave, tuvo que ser ingresado de urgencia en el hospital tinerfeño de La Candelaria, y, al cierre de esta edición, se debatía entre la vida y la muerte por un cuadro de insuficiencia respiratoria y deshidratación. Sus compañeros fueron atendidos por facultativos a pie de muelle.

La llegada masiva de inmigrantes irregulares continúa en el archipiélago, que sigue a la espera de la puesta en marcha de la misión coordinada por la Agencia Europea de Fronteras (Frontex). Según el comisario europeo de Justicia, Libertad y Seguridad, Franco Frattini, la responsabilidad del retraso es de España. El Frontex tiene por objeto hacer frente a la llegada de inmigrantes ilegales procedentes de Africa.

Estas declaraciones se contraponen a las realizadas el pasado día 18 por el delegado del Gobierno en Canarias, José Segura, que anunció que el mismo martes pasado comenzaba a operar la Agencia Europea: «Se trata de labores de coordinación, no sólo con embarcaciones que patrullen el litoral africano, sino sobre todo para algo relevante, que es la coordinación de la información policial de las policías de los distintos países, que hasta ahora no circulaba adecuadamente», destacó Segura.

Ayer fueron rescatados dos cayucos más: uno junto a las costas de Tenerife, con cerca de 70 inmigrantes, y otro con 53 personas a bordo al sur de Gran Canaria, según fuentes de Salvamento Marítimo.

Esta barcaza fue localizada ayer por la mañana por un barco pesquero que faenaba en aguas de Mauritania y fue el encargado de dar el aviso a las autoridades. Las personas que van en el cayuco son todos varones adultos que se encuentran en un aparente buen estado de salud.

Lo que está claro es que, a pesar del dispositivo de control europeo, los inmigrantes continúan llegando a las islas y, cada vez, en peor estado. Según el coordinador de Cruz Roja en Tenerife, Domingo Luis, «en esta época el tiempo en el mar cambia de un día a otro, y las condiciones pueden ser muy duras en cinco o seis días de travesía, que es el tiempo que normalmente pasan a bordo de estos cayucos».

Por otro lado, dos embarcaciones con unas 34 personas, de las que 10 eran menores, fueron localizadas en las costas de Nerja y Fuengirola (Málaga), según informó ayer la Subdelegación del Gobierno.