«Alucinan con la hierba, las montañas, la luz y las piscinas»

Los 35 menores saharauis acogidos en Durangaldea hasta finales de agosto fueron recibidos ayer por la Corporación de Durango

El Correo, MANUELA DÍAZ, 28-07-2022

Las caras de los 35 menores saharauis que pasarán lo que queda de verano en Durangaldea no esconde su entusiasmo. Llevan esperando varias semanas –casi un mes de retraso–, para poder pasar unas ‘vacaciones en paz’ y su llegada a la comarca el pasado sábado ha sido un continuo descubrimiento de paisajes, objetos y diversión. «Es la primera vez en Euskadi para todos ellos y están alucinando con todo, las vacas, las montañas, la hierba que no la conocían, las escaleras para subir a casa –que tampoco tienen–, la luz o los grifos. A las tardes se tumban en las hamacas que tenemos en el exterior y alucinan con el verde de las campas de Axpe y el Anboto, pero sobre todo con la piscina», apunta Garazi Etxebarria, una de las coordinadoras de Hamarrako Izarra, colectivo que organiza un campamento en Atxondo con doce menores de 8 años procedentes de los campos de refugiados del Tinduf en Argelia.

Junto a ellos han llegado a la comarca otros diez que se alojan en el único campamento para niños y niñas con discapacidad funcional de Euskadi y que organiza desde hace años Río de Oro Durango en Izurtza, además de los doce que son acogidos en familias –8 en Durango y 5 en Elorrio– y dos monitores de apoyo, de los cuales Mariam Mohamed Deidi es profesora de un centro de educación especial en Tinduf.

Ayer, todos ellos acudieron a la recepción ofrecida por el Ayuntamiento de Durango. Uno a uno recibieron un obsequio y un lunch. Atrás han dejado la aridez de los campos de refugiados, los 55 grados al sol y la escasez de agua, y estos pequeños gestos son para los menores el mayor presente. «La adaptación está siendo muy buena, tenemos un grupo muy bueno, tanto de niños como de monitores», señalaba Mariam Mohamed Deidi.

«Nos colma de abrazos»
Río de Oro y Hamarrako Izarra aceleran las visitas de los menores al pediatra y al dentista para actuar con prontitud en el caso de que fuera necesario ir al especialista. «Este año contamos con muy poco tiempo, aunque haremos lo posible para que no quede nada pendiente», advierte Mikel del Arco, de Río de Oro, padre de acogida de un menor con diversidad funcional y uno de los nuevos coordinadores del programa en Euskadi.

Tras dos años de restricciones, las trabas administrativas han retrasado casi un mes la llegada, por lo que, en lugar de los dos meses de estancia, solo estarán uno. «Una pena, por todo lo que significa para ellos a todos los niveles», asegura Del Arco.

Precisamente la pandemia frenó en seco los trámites para que Estibaliz y Txus acogieran en 2020 a un menor. Esta pareja de Durango no se desanimó y ahora han recibido con entusiasmo a Aicha, de ocho años. «Al principios teníamos miedo, porque no tenemos hijos y a eso se sumaba el idioma, pero está siendo impresionante, se entusiasma por todo y nos colma de abrazos», afirmaba Estibaliz.

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