J.L. MARTÍN NOGALES/

Faïza Guène es una joven de 20 años nacida en París de padres argelinos. Su formación en un taller de escritura de guiones y la realización de algún cortometraje son las credenciales que le han llevado a escribir esta novela. «Mañana será otro día» cuenta la vida de una quinceañera de origen marroquí y la de su madre en los suburbios de París; su padre las ha abandonado para buscar en Marruecos una mujer fértil que le de un varón. La mirada adolescente de la inquieta Doria sobre la realidad que habita es ácida, casi corrosiva. Las diversas asistentes sociales, la psicóloga de la seguridad social, las amigas de su pasiva madre limpiadora… nada escapa a su eficaz ironía. Y esta «pasionaria de la periferia», como se califica a sí misma al final, describe un pequeño mundo oprimido que bien pudo profetizar las revueltas de los suburbios de París (En Francia se publicó en 2004, un año antes de aquellos sucesos). Allí, los medios de comunicación, en un alarde de chovinismo, la han bautizado como la Sagan de la periferia, pero su prosa rápida y creativa y esa frescura en la mirada, recuerdan más a novelas semiautobiográficas de debutantes europeos de primera generación hijos de inmigrantes, como Zadie Smith. El universo de sueños de esta joven para quien «la vida está llena de desilusiones», hecho de deseos frustrados, conocimiento enciclopédico de la televisión y encuentros con un amigo mayor que recita a Rimbaud, nos divierte y conmueve.