El Tribunal de Primera Instancia de Nador (norte de Marruecos) ha condenado a 11 meses de prisión firme a 33 personas migrantes que fueron detenidas en el salto a Melilla del 24 de junio, en el que al menos murieron al menos 23 de sus compañeros. El lunes se celebró el juicio, tras ser pospuesto en dos ocasiones, y este martes se conocido la sentencia. 

Todos los acusados negaron los delitos e indicaron que firmaron sin leer las declaraciones ante la policía, según ha indicado la Asociación Marroquí de los Derechos Humanos (AMDH). La fiscalía los acusaba de una decena de delitos, como organizar y facilitar la entrada y salida irregular de personas extranjeras a Marruecos, también de insultar y de agresión contra los agentes o posesión de arma blanca.

Además de la pena de cárcel, el juez les ha impuesto una multa de 500 dirhams (47 euros) y una compensación de 3.500 dirhams (329) por los daños causados contra la policía y los bienes públicos, según ha indicado EFE. “Es un fallo muy duro para los solicitantes de asilo que solo buscan protección internacional. Esperamos que la Corte de Apelación rectifique esta dura condena”, ha expresado la AMDH, la organización que ha colaborado en la en su defensa. 

Es la primera sentencia contra los arrestados, todavía queda un segundo grupo de 28 migrantes que van a ser juzgados en la Corte de Apelación, encargada de los delitos más graves. La Fiscalía marroquí los acusa de tráfico ilegal de personas, violencia contra las fuerzas de seguridad y secuestro de un agente marroquí, entre otros delitos, según ha confirmado el abogado defensor. Desde el 27 de junio se encuentran en prisión preventiva y está previsto que el juicio se celebre el 27 de julio, tras ser pospuesto en una ocasión. 

Todos estos migrantes, los que han sido juzgados o están a la espera, fueron detenidos el 24 de junio cuando intentaron llegar a Melilla. Ese viernes, más de mil personas, la mayoría sudaneses, se dirigieron a la valla que separa Marruecos y Melilla con la intención de saltar. Decenas de ellos lograron tocar suelo español, aunque fueron devueltos en caliente, según han denunciado ellos mismos.

Al menos murieron 23 personas, una cifra que según las oenegés es superior. Tras el intento, una sesentena fueron detenidos, otros trasladados al hospital y a la mayoría los metieron en autobuses y los mandaron a poblaciones del interior del país.