Insufrible brutalidad policial

Diario Vasco, EDITORIAL DV, 05-07-2022

Dos años después del asesinato en Mineápolis de George Floyd, la muerte acribillado a tiros del afroamericano Jayland Walker prueba que la brutalidad policial que originó un movimiento mundial de solidaridad y condena continúa cobrándose vidas y dañando la convivencia en EE UU. El agente Dereck Chauvin asfixió a Floyd el 25 de mayo de 2020 con una rodilla en el cuello durante ocho interminables minutos. El 27 de junio en Ohio, ocho funcionarios realizaron decenas de disparos contra Walker después de una infracción de tráfico que derivó en una persecución en coche y a pie y acabó con 60 heridas en el cuerpo del fallecido, en una demostración de la incapacidad de las fuerzas de seguridad para resolver un incidente menor. La investigación determinará si la víctima disparó la pistola hallada en su vehículo, supuesto alegado para la orgía de siete segundos de fuego contra un adversario desarmado. Y deberá hacerlo con la mayor celeridad porque las protestas ya han causado disturbios en Akron. La revisión de los procedimientos policiales, salpicados por la sombra del racismo y en un momento de exaltación de las armas con tiroteos en plena fiesta nacional, sigue pendiente en EE UU.

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