Ayuntamiento de Alicante y Subdelegación del Gobierno dicen que harán lo posible por regularizar al joven que ayudó a la niña

El inmigrante atendió ayer a los medios de comunicación y volvió a ver a la pequeña Lucía, que le regaló un dibujo con corazones

La Verdad, 20-07-2006

La historia de Alassane Sy, Alou, el inmigrante senegalés que socorrió a la pequeña mordida por un golfar, no ha pasado indiferente para nadie. Las autoridades y los medios de comunicación lo han buscado a lo largo de la semana, y, ahora que está localizado, es mucho el interés que suscita hablar con él, fotografiarlo y, en el caso de las autoridades, ayudarlo a que consiga sus papeles.

El concejal de Sanidad, Juan Zaragoza, afirmó ayer que hará «todo lo posible por ayudar a Alassane a regularizar su situación en España».

Aseguró que ya tiene una propuesta que ha hecho llegar al alcalde, Luis Díaz Alperi, pero no quiso adelantar nada más «hasta que no se haga firme».

Por su parte, la subdelegada del Gobierno en Alicante, Etelvina Andreu, encontró unos minutos en su apretada agenda de ayer para asegurar que «en cuanto tenga cinco minutos en mi despacho, estudiaré con atención y con cariño este expediente, por tratarse de un caso humanitario y de una persona tan solidaria».

Familia y medios

Los padres de Lucía, a la que Alou volvió a visitar ayer, insistió en que pondrán todo su empeño en conseguir que Alou «se quede en España por pleno derecho».

Juan Manuel Rodríguez, padre de la pequeña, quiso expresarle su apoyo: «Quiero que sepa que la inmigración es un problema muy grande en España, y que nosotros no podemos hacer nada por solucionarlo, pero que si podemos poner nuestro granito de arena ayudándolo a él, haremos todo lo que esté en nuestras manos por conseguirlo, porque una persona como él merece estar en España».

Alou fue ayer la imagen más buscada. Todos los medios alicantinos querían verlo, entrevistarlo, fotografiarlo. Él, con su eterna sonrisa, contestaba una a una las preguntas de los periodistas, pero no acaba de creerse la repercusión que su gesto: «Estoy emocionado, encantado de lo bien que me están tratando los medios, todos se están volcando conmigo, y no pudeo creer que me dediquen su tiempo», afirma.

A pesar del revuelo, en él sigue imperando la modestia: «Es sorprendente lo que ha generado una acción que yo veo como algo normal, que cualquiera haría», comenta. En su país, explica, «los vecinos sólo me habrían dado las gracias y a mí con eso me basta».

No quiere que lo traten como una estrella mediática: «No siento que lo sea, sólo soy Alou, el de siempre, y no ayudé a la niña por ganar fama o porque me ayudasen con mis papeles».

Algo que tiene muy claro es que lo volvería a repetir si se le presentase la ocasión: «Hay que ayudar a los niños, ellos son el futuro, quién sabe si esta pequeña a la que ayudé será mañana la presidenta del país», refiere.

Cuando su madre lo llamó el martes, como todos los días, Alou tenía algo especial que contar: «Le dije que íba a salir en los periódicos y que había conocido gente estupenda. Ella sólo me pidió que tuviese cuidado». Lo primero que tiene intención de hacer, es mandar un ejemplar de periódico a su familia, «para que vean que aquí estoy bien y que la gente está siendo muy buena conmigo».

Por la mañana, miraba embelesado sus fotos en el diario La Verdad, intentando descifrar los textos. Después tocó sesión de radio, con una entrevista de Radio Nacional. Al mediodía, su curiosidad la ocupaba su imagen en movimiento en el informativo de Canal 9, de nuevo con la niña en el hospital. El encuentro fue de nuevo emotivo. Lucía no permitió a los medios entrar en la habitación hasta que no hubo acabado un dibujo, que luego entregó a Alou. En él, dos corazones y un texto en inglés, para que lo entendiese: «From Lucía to Alou. Best wishes», (De Lucía para Alou. Con mis mejores deseos).

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