El PP denuncia que existe un flujo «descontrolado» de inmigrantes provocado, en parte, por una política de regularización del Gobierno socialista que se llevó a cabo «sin consenso interno ni de la Unión Europea» y que ha conducido a «una situación de emergencia». En un informe interno denuncian además que el aumento de población extranjera residente puede afectar a temas fundamentales como el sistema de salud o el consumo de energía.

«La práctica imposibilidad de llevar a cabo repatriaciones permite que un número creciente de inmigrantes se encuentre en situación de limbo jurídico: no se les puede expulsar, pero tampoco pueden trabajar – recalcan – ; al mismo tiempo, el aumento de población extranjera residente afecta a cuestiones fundamentales, que van desde el funcionamiento del servicio nacional de salud al consumo de energía, las infraestructuras y el sistema educativo». Según los populares, la inmigración es el fenómeno social más importante que se ha producido en España durante los últimos años puesto que, aunque existían numerosos asentamientos irregulares desde finales de los 80, «fue a partir de mediados de los 90 cuando unos tres millones de extranjeros llegaron a territorio español con la esperanza de mejorar sus condiciones de vida, alentados por un crecimiento económico que demandaba nuevos empleos de forma masiva».

«La consecuencia ha sido que, en los últimos 10 años, España ha sido el país de la Unión Europea que ha recibido mayor número de inmigrantes, tanto los que llegaron de forma legal como los que se instalaron de manera irregular», apostillan. Dicho esto, el PP subraya que, actualmente, «no se conoce» el número «verdadero» de extranjeros residentes en España y matizan que, con fecha 1 de enero de 2005, el padrón arrojaba la cifra de 3.730.610 inmigrantes, equivalentes al 8,46% de la población. «Pero la propia directora general del Instituto Nacional de Estadística estimaba que no bajaban de 4 millones», añaden. «España es, en cualquier caso, el primer país receptor de la Unión Europea», determinan. En 2005, «el saldo migratorio neto fue de 652.300 personas, cifra superior a la de Alemania, Francia y el Reino Unido juntos, trío de países cuya población equivale a cinco veces la de España. Las comunidades autónomas que superan la media nacional de población extranjera son las Islas Baleares, Madrid, la Comunidad Valenciana, Murcia, Cataluña, Canarias y La Rioja».

En este contexto, argumentan que el número de extranjeros «irregulares» supera el millón. En enero del pasado año había en España 1.405.204 personas de países extracomunitarios sin permiso de residencia, señala el PP. «Si se descuenta la regularización Caldera, patrocinada por el actual ministro de Trabajo y que benefició a 577.049, el número de no regularizados ascendería a 828.155, a los que habría que añadir 350.000 nuevos empadronados».