La sesión ordinaria de pleno de la corporación tenía cuatro puntos en el orden del día y se añadió un quinto, relacionado con ruegos y preguntas, como nunca antes. Un despiste propició que no estuviera escrito, por tanto los diferentes concejales tuvieron que votar para poder incorporarlo. Se quedó en una anécdota después de un pleno que se preveía corto tras la aprobación de los tres primeros puntos en apenas cuatro minutos.

Sin embargo, en el cuarto se debatió sobre la mesa largo y tendido antes de que los concejales de los cuatro partidos políticos votaran a favor de la moción presentada por EH Bildu Orereta-Errenteria y Elkarrekin Errenteria. Ella estaba relacionada con los derechos y necesidades de las personas refugiadas y migrantes.

Después de que José Ramón Gurrutxaga pusiera de manifiesto las cinco solicitudes dirigidas al Gobierno español y las otras tres dirigidas al Gobierno Vasco, se pasó a los siete compromisos adoptados por el Ayuntamiento de Errenteria en relación a esta cuestión. Fueron los siguientes: 1) facilitar el acceso a la vivienda social y a los recursos y subvenciones en materia social, educativa, sanitaria y cultural estableciendo criterios que contemplen las dificultades de las personas con necesidades de protección internacional y apatridas, y teniendo en cuenta personas con especial vulnerabilidad, como aquellas que han sufrido acoso por género o que sufren violencia machista, 2) establecer criterios de acceso a las prestaciones sociales orientados a facilitar su obtención, 3) combatir los discursos discriminatorios y xenófobos adoptando medidas de prevención y monitorización y garantizar el diseño e implementación eficaz de planes de integración, igualdad y no discriminación en todos los niveles de la administración, 4) realizar acciones de sensibilización dirigidas a la población local para incidir en la integración y convivencia junto con las personas refugiadas y migrantes, 5) mantener una posición firme contra los discursos racistas y xenófobos velando porque los discursos políticos no instrumentalicen la inmigración ni promuevan la fractura social a través del odio, 6) atender a las víctimas de la discriminación y la diferencia de trato en los servicios públicos y 7) poner en valor la memoria histórica.

Diversas opiniones
Una vez leídos los compromisos adoptados, intervinieron varios concejales para debatir sobre la cuestión. Xabier Sánchez, de Elkarrekin, expresó, haciendo referencia a las muertes de inmigrantes en la valla de Melilla, que «no es la política migratoria de fronteras, sino la política criminal que mata en Melilla, en el Mediterráneo y que también ha matado hace no mucho en el Bidasoa». Mostró su «solidaridad haciendo lo que está en nuestras manos» y compartiendo el lema «Inor ez da ilegala». Elixabete Murua, de EAJ-PNV, apuntó que «hubiera sido más eficaz trabajar este tema en la mesa interinstitucional».

Iñaki Ruiz, del PSE-EE, lamentó que «se mezcle en el debate la cuestión sobre refugiados e inmigración. No todas las personas refugiadas son migrantes». Además, señaló que «solo aquí estos grupos lo presentan en solitario, porque en otros ayuntamientos se buscaba el consenso entre diferentes grupos».

La alcaldesa, Aizpea Otaegi (EH Bildu), tildó de «irresponsable» al grupo socialista «por utilizar la moción para ir en contra de este equipo de gobierno. Antes de un pleno hay una junta de portavoces y no hicisteis movimientos». Pese a las diversas opiniones, se votó a favor de la moción.