CARTAS A LA DIRECTORA

Tragedia en la frontera con Melilla

El País, Manolo Romasanta Touza. Sigüeiro (A Coruña), 28-06-2022

El salto masivo a la valla de Melilla en la madrugada del viernes, con al menos 23 muertos, nos recuerda lo lejos que se encuentra la solución de un problema que siembra de cadáveres el mar Mediterráneo. La población subsahariana que huye de la miseria, las persecuciones o la guerra encuentra pocas manos amigas en su camino. Por el contrario, las mafias que se aprovechan de su situación, las leyes antinmigración, el odio y la violencia son obstáculos que los conducen frecuentemente a la muerte. La actuación de la policía marroquí está en las antípodas de una solución justa, racional y humana del problema. Los países miembros de la UE deben consensuar medidas que actúen en la raíz del problema. El control de fronteras y la gestión racional de los movimientos migratorios no se logran con medidas coercitivas y con violencia. No son las mafias las únicas responsables. También lo son la desidia, el desdén y la apatía de quienes tienen el poder para cambiar el rumbo de los acontecimientos y no lo hacen.

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