El Síndico censura al Ayuntamiento por no mejorar el entorno del mercado de mayoristas

Otaola cree que el problema se ha transformado ya en «alarma social» Aconseja enviar «patrullas policiales con cierta regularidad»

El Correo, 20-07-2006

El Síndico no se ha reservado nada a la hora de escribir un documento sobre el entorno del mercado de mayoristas que saca los colores al Ayuntamiento. Javier Otaola se refiere en su informe a los a los graves problemas que aún permanecen en la zona, donde siete familias de etnia gitana comparten una casa de la Avenida de los Huetos colindante con el mercado de frutas, hortalizas, verduras y pescado. En varias ocasiones los vendedores se han quejado de suciedad e inseguridad, y los responsables municipales prometieron actuar en la zona. Mientras, la asociación gitana Gao Lacho Drom ha ceñido el problema «a la única familia desestructurada de Vitoria».

El Defensor del Vecino empieza por recordar que su primera recomendación sobre el asunto data de hace tres años, y que la queja inicial de un vecino se ha transformado en el malestar expreso de «una decena» de residentes de la calle Azucarera.

En abril de 2003, el Síndico ya alertaba sobre «la acumulación de residuos sólidos y la baja calidad higiénico – sanitaria». Con el tiempo las advertencias aludían a «la inseguridad de vecinos, comerciantes y trabajadores de la zona, provocada por el comportamiento incívico de algunas de las familias que ocupan el edificio anexo al mercado».

Otaola añade que «son seis los requerimientos» dirigidos a departamentos municipales, y que «la situación se ha transformado ya en alarma social». Hace ocho meses, y ante el agravamiento de la situación, responsables del Ayuntamiento se comprometieron a establecer medidas sociales para las familias de la casa contigua al mercado y mejoras urbanísticas en la parcela.

«Decenas de quejas»

Pese a ello, el defensor vecinal asegura que «son ya decenas las quejas de los vecinos de la Avenida de los Huetos frente a la fábrica de Mercedes». Otaola critica que sólo se hayan realizado trabajos de limpieza y asfaltado, «pero el solar vuelve a presentar un gran desorden, el acceso al mercado sigue libre por falta de valla y el antiguo cierre perimetral ha desaprecido».

Residentes en la zona se han dirigido a su oficina para exponerle «la difícil convivencia», traducida en «inseguridad, destrozos en las aceras, suciedad, el impedimento para el paso de autobuses por la colocación del único contenedor de basuras y el atasco de las alcantarillas».

Por todo ello, Otaola entiende «la dificultad que entraña la solución total del problema», pero insta al Ayuntamiento a «plantear respuestas efectivas para paliar dificultades añadidas». Con carácter orientativo, el defensor vecinal recomienda «programar patrullas policiales con cierta regularidad» como medida fundamental dentro de un paquete de siete.

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