Quienes hayan tenido la oportunidad de disfrutarla en el teatro posiblemente negarán la mayor, pero estoy convencido de que muchos espectadores aún no han descubierto la multitud de registros que domina Carmen Machi y la aparente facilidad con la que salta de la réplica envuelta en gracejo al silencio doloroso del que sufre bajo la máscara de una alegría superficial.

En el segundo largo de Nely Reguera, Carmen Machi es Marisa, una doctora que al llegar a la edad de la jubilación decide prestar sus servicios como cooperante en un campo de refugiados en Grecia. Deja atrás una vida rutinaria motivada por un ansia de prestar su ayuda a quienes más lo necesitan que choca frontalmente con los protocolos de una ONG que controla los contactos entre sus trabajadores y los refugiados para evitar que se desarrollen relaciones afectivas potencialmente tóxicas; porque ese es uno de los temas más espinosos que aborda la directora barcelonesa, la crítica al voluntariado paternalista con tintes neocoloniales que a menudo confunde cooperación y autoayuda, y olvida que son los desplazados los que se quedan en los campamentos mientras nuestra solidaridad solo está de paso. Puede que las preguntas sin resolver con las que se cierra ‘La voluntaria’ resulten insatisfactorias, pero ese es su triunfo, apelar a la reflexión sin subrayar un discurso buenista con enjuague moral.

LA VOLUNTARIA
España. 2022. 99 m. (7). Drama.

Directora: Nely Reguera.

Intérpretes: Carmen Machi, Itsaso Arana, Dèlia Brufau.