¡Los refugiados tienen derecho, para quedarse aqui y luchar!", corean a gritos frente a los tribunales de justicia británicos. Tienen solo un día para frenar el avión que mañana transportará a 31 solicitantes de asilo hacia Ruanda. Llegaron a Reino Unido con la esperanza de encontrar un futuro pero el gobierno ha pactado a cambio de dinero que sea el país africano el que se encargue de estos refugiados. Alzando carteles en contra de las deportaciones esperan que el tribunal de apelaciones encuentre motivos suficientes para evitar que esta nueva política eche a volar.