La aprobación del nuevo plan de convivencia de Basauri ha comenzado con polémica. El Ejecutivo local, en manos de PNV y PSE, quiere lograr con el documento, que tendrá una vigencia de cuatro años, una «mayor cohesión y reducción de las desigualdades sociales, que redundarán en la mejora del bienestar y de la convivencia vecinal». Incluirá un total de 25 acciones dirigidas al colectivo inmigrante. Sin embargo, no ha incorporado a la población gitana, que en la localidad es significativa en algunos barrios como Larrazabal, lo que ha provocado el reproche de colectivos calés y de los grupos municipales de Elkarrekin Podemos y EHBildu.

Para la Fundación Secretariado Gitano «los gitanos son una minoría étnica» y debían estar en el plan con el que se quiere avanzar en las relaciones entre diferentes culturas. Lo cierto es que a pesar de los avances, siguen topándose con rechazo a la hora de buscar un piso, lo que les lleva a residir en infraviviendas. Tampoco lo tienen fácil con el trabajo y anotan mayor abandono escolar, según recuerdan. La asociación de mujeres gitanas de Bizkaia, AMUGE, ha preferido no hacer declaraciones hasta leer el contenido, aunque integrantes del colectivo acuden a centros escolares de la localidad para ayudar a los niños.

Para la portavoz del grupo morado, Marían Cantero, la inclusión del colectivo calé está más que justificada porque «hablamos de un plan de diversidad». «Se pierde la oportunidad de afrontar los problemas que existen en el municipio», asegura la edil. «Podría haberse trabajado con estas personas y dado pasos para eliminar la discriminación que todavía hoy sufren en este municipio», añade Cantero. EHBildu se muestra por su parte a favor de redactar «otro plan» porque «todo lo que sea integrar y convivir es positivo», dice su portavoz, Exabier Arrieta.

Facilitar la inserción
Según defiende la concejala de Política Social, María Larrinaga, el plan se ha elaborado desde el «departamento de Inmigración» y ahondará en aspectos como la sensibilización, acciones para facilitar la inserción sociolaboral de las personas de origen extranjero, la creación de una red de acogida para que puedan acceder a los recursos y fomentar la educación. De puertas adentro el Ayuntamiento se compromete a mantener un discurso de interculturalismo. «Los gitanos son españoles y viven aquí de siempre», recuerda la edil a EL CORREO. En su opinión, «no por ser una minoría deben estar en este plan. Se ha elaborado para personas que dependen de la ley de inmigración y da continuidad a planes anteriores».

Y en ese marco, el Consistorio trabajará con las 69 nacionalidades que residen en el municipio. La población extranjera cada vez es mayor, de igual forma que sucede en otras localidades vizcaínas. En los últimos cinco años se ha duplicado hasta el 10% de los empadronamientos. No se contabilizan a las personas que tienen doble nacionalidad que llegan al municipio, y que como en otros puntos de Bizkaia, ha ido creciendo desde el año 2000. Algo más de un millar han obtenido en los últimos meses la nacionalidad española.

Y esta tendencia no tiene pinta de cambiar, por lo que el Consistorio entiende que se debe actuar. Cada vez los municipios serán más heterogéneos. El año pasado había empadronadas en Basauri 4.013 personas de otros países, mientras que la población autóctona descendió hasta las 36.989, según datos que maneja la propia institución local y que han servido para elaborar el documento.