“La frontera está cerrada, no se arriesguen”. El contundente mensaje del secretario de Estados Unidos para América Latina, Brian Nichols, no frena a los migrantes de la caravana más numerosa de los últimos años, formada por 15.000 personas según los convocantes y unas 7.000 en base a las estimaciones de las autoridades mexicanas, que salieron el lunes de Tapachula, ciudad del sur de México fronteriza con Guatemala.

“Hemos empezado la caminata con miedo a que los agentes de migración pudiesen detenernos o hacernos daños. Muchos venimos de recorrer siete países. Solo queremos cruzar México para trabajar en Estados Unidos”, cuenta a Milenio el joven venezolano José Escobar. Los migrantes han organizado la caravana hartos de los meses de espera en Tapachula, en el estado de Chiapas, a sus solicitudes de asilo y tránsito. Unos 50.000 migrantes viven en la calle o en precarias condiciones Chiapas, donde las autoridades mexicanas les obligan a quedarse durante meses hasta recibir una respuesta.

Tras recorrer 43 kilómetros en dos días, los miles migrantes, un 80% de ellos venezolanos, avanzaban este miércoles en dirección al municipio Escuintla, a 30 kilómetros de Huixtla, mientras esperaban la respuesta del Instituto Nacional de Migración mexicano (INM) a sus solicitudes para recorrer los más de 3.000 kilómetros hasta la frontera de EE UU sin ser detenidos.

Uno de los convocantes de la caravana y director de Dignificación Humana, Luis García Villagrán, se mostró escéptico sobre esta posibilidad: “Tuve una llamada de la autoridad migratoria desde la Ciudad de México en la que se comprometen a entregarnos documentos como visa múltiple, oficio de salida y visas humanitarias a partir de mañana a los 15.000 migrantes que estén participando con nosotros en este movimiento. Vamos a ver si es cierto”. Las autoridades mexicanas han ofrecido a los migrantes tramitar sus visas en diferentes estados del país. Los migrantes lo interpretan como un intento de disolver la caravana: “Ningún truco burocrático va a separarnos. Si nos dan los permisos, nos disolvemos”, explica Villagrán.

Caravana de migrantes a EE UU FOTO: T. NIETO

El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), ha justificado este miércoles los cuatro anillos de contención de los migrantes que 28.000 militares han instalado a lo largo del país en Oaxaca, Puebla, Tlaxcala y en la frontera norte: “Es lo normal”. Tras ausentarse de la IX Cumbre de las Américas que se celebra en Los Ángeles del 6 al 10 de junio, AMLO ha criticado la falta de inversiones de EE UU en Centroamérica: “Desde el gobierno de Trump se habló de 4.000 millones de dólares. En cinco años no han destinado nada. En cambio, los legisladores de EE UU, que hablan de que les preocupan los derechos humanos como Marco Rubio, Ted Cruz o Bob Menéndez, autorizaron 40.000 millones de dólares para armas a Ucrania”.

Mientras el gobierno de Biden busca acuerdos en la cumbre para frenar el flujo migratorio, la vicepresidenta de EEUU, Kamala Harris, ha prometido una inversión de 1.700 millones de euros de inversión en Centroamérica a través de 40 empresas privadas para generar empleo en la región. Pese a las insistencias del presidente mexicano de “combatir las causas” y rechazar “medidas coercitivas en la migración”, México ha detenido a 77.626 migrantes en el primer trimestre de este año, un 90% más que los primeros tres meses del año pasado. México ha arrestado a 860 migrantes al día en el primer trimestre del año.

Los migrantes sufren las largas caminatas y las inclemencias de la lluvia. Muchos de ellos han sufrido catarros o les han salido ampollas en los pies. Save the Children ha llamado a las autoridades mexicanas a dar especial protección y atención médica a los niños. La misión de Save the Children que acompaña a los migrantes de la octava caravana del año en México estima que el 20% son niños o bebés. Villagrán explica que son más de 5.000 familias, incluyendo 93 mujeres embarazadas y 3.000 niños. Ramón, hondureño de mediana edad, camina en muletas debido a que su pierna izquierda fue amputada: “Queremos el permiso de tránsito para llegar a trabajar a Estados Unidos. Es lo que todos estos migrantes que vamos juntos queremos”, explica sonriente a Telemundo.