Incomunicación; intentos desesperados por llamar la atención. Los menores
están preocupados por la falta de entendimiento con sus padres. Y una de
las formas a las que recurren para que ellos les hagan caso es aliarse con
una banda – véase «Latin Kings», Ñetas»… – . En ellas se sienten
protegidos, seguros y, además, satisfacen su deseo de pertenencia a alguna
parte. Los padres – y los mismos adolescentes – están preocupados y muchas
de las llamadas que se dirigen al teléfono del Menor de la Fundación Anar
están relacionadas con este tema. Según narraron ayer, hay gente que se
mete en ellas sólo por captar el cariño de sus padres. Los asesores y
psicólogos dieron ayer una serie de pistas para que los progenitores
detecten qué pasa y por qué ocurre. Lo primero es analizar cómo habla el
menor – normalmente, comienza a usar diferentes términos – ; observar si
cambia de manera de vestir; preguntar por qué necesita más dinero que
antes para salir. Tras realizar estos ejercicios, los padres deberán
actuar de la manera pertinente – prestando mayor atención a su hijo – para
que éste cambie de actitud.