Inmigrantes

La Vanguardia, 18-07-2006

CARLOS MARTÍN NEIRA Barcelona -

La semana pasada fui a la oficina de extranjeros que la Subdelegación del Gobierno en Barcelona tiene en la avenida del Marquès de l´Argentera.

Quedé avergonzado del trato humillante que nuestras autoridades administrativas prestan a los inmigrantes que deben acudir allí a realizar sus gestiones de extranjería de todo tipo. Ahora, muchos de ellos necesitan un permiso para poder regresar a España, después de pasar sus vacaciones en su país de origen, donde se reencontrarán con sus familiares tras varios años de no haberse visto.

Largas colas en plena calle, vallas metálicas como si fueran animales, deficiente información, agentes de seguridad a quienes se les otorgan labores informativas. Siento vergüenza como español del trato vejatorio que ofrecemos a estas personas que han venido a nuestro país para conseguir una vida más digna.