Detención ilegal, violación, lesiones, delito de prostitución… El rosario de acusaciones que pesan sobre los nueve ciudadanos rumanos arrestados por la Policía Nacional en Valencia es casi interminable. La investigación de la Unidad Contra las Redes de Inmigración y Falsificaciones (UCRIF) ha permitido además liberar a dos jóvenes, de 18 y 26 años, que estaban secuestradas en un piso de la capital y que eran obligadas a prostituirse.


El cabecilla del grupo, de 31 años, está acusado de secuestro y de un delito de prostitución, aunque la policía también considera que supuestamente violó y agredió a las víctimas.


Su pareja sentimental, de 19 años, y su considerado “mano derecha”, según la Policía Nacional, están también entre los detenidos. Otros tres compatriotas, de entre 35 y 37 años, formaban también parte de la red, que poseía un piso en la calle José Maestre de Valencia en el que aparecieron los pasaportes de las jóvenes retenidas.


El dueño de un club de Silla, un español de 54 años, también quedó detenido. En el local se apresó a 13 inmigrantes por infracción de la ley de Extranjería.