Calor donostiarra para Ucrania
Un grupo de mujeres de la residencia de Cruz Roja del Antiguo teje a diario bufandas para enviar a los afectados por la invasión rusa
Diario Vasco, , 05-05-2022Han pasado setenta días desde que Rusia decidiera, de la noche a la mañana, invadir Ucrania y dejar a millones de personas sin hogar obligándolas a convertirse forzosamente en refugiadas. En la frontera con Polonia la ayuda no tardó en llegar y los donostiarras, en apenas unos días, también demostraron su solidaridad enviando convoyes de comida, ropa y trayendo a conocidos ucranianos a Gipuzkoa. Todavía hoy siguen surgiendo y dándose a conocer iniciativas de voluntarios dispuestos a dedicar parte de su tiempo a ayudar a este pueblo. Es el caso de las personas mayores usuarias de la residencia de la Cruz Roja de la calle Matía, en el Antiguo, quienes, desde que tuvieron conocimiento del estallido de la guerra, decidieron contribuir dando una salida al material con el que se entretienen cada tarde en el taller de confección.
Estas mujeres, algunas octogenarias, pensaron que podían hacer llegar los cuellos y las bufandas que entrelazan por las tardes, como parte de una de las actividades que realizan en la residencia, a quienes más lo necesitaran y así se pudieran proteger de las gélidas temperaturas en los campos de refugiados. Dicho y hecho. A estas mujeres les faltó tiempo para ponerse manos a la obra y, tirando de ingenio y creatividad a la hora de mezclar los colores, lograron tejer en tan solo dos meses cerca de 200 ‘buffs’. En total, en el proceso de creación de estas prendas colaboraron una veintena de personas, entre usuarios de la residencia, voluntarios y familiares.
Ovillos, agujas, ganchos, cintas métricas y telares son solo algunos de los materiales que han tenido que utilizar para la confección. Los sistemas que han empleado para tejer estaban adaptados a su condición fisico-motriz. Así, cada una de estas mujeres ha podido tricotar de manera cómoda y sin sobrecargar la espalda ni el cuello. Desde que a principios de marzo tomaran la decisión de enviar todo el material a Ucrania han tenido que reponer en varias ocasiones los ovillos porque ha sido tal el volumen de bufandas que han creado que pronto se quedaron sin lana. Por eso, en una conversación informal, uno de los voluntarios pidió al alcalde, Eneko Goia, su colaboración. Desde alcaldía analizaron la propuesta y aportaron ovillos de lana y telares.
El alcalde, Eneko Goia, felicitó a las mujeres por su ayuda al pueblo ucraniano.
El alcalde, Eneko Goia, felicitó a las mujeres por su ayuda al pueblo ucraniano.
Donación de ovillos y telares
Esta iniciativa ha tenido una «buena acogida» y los propios familiares, voluntarios y trabajadores del centro aseguraban que «esta labor les ha dado la vida» a las personas usuarias de la residencia. «Ahora, se pasan parte del día confeccionando con un fin mientras conversan y escuchan música», contaban. El alcalde visitó ayer el taller y alabó la labor de estas nuevas modistas. Ellas, por su parte, aprovecharon la ocasión y no solo le agradecieron su colaboración, sino que además, en tono jocoso, pidieron más materia prima porque ya se «les estaba agotando». A medida que van terminando los trabajos, a través de diversos camiones organizados por las asociaciones ucranianas que están enviando material, las bufandas donostiarras llegan a las familias.
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