Empresas. Imperio 'cool'

De la gloria al escándalo: el lado oscuro de Abercrombie & Fitch, la marca que solo quería chicos desnudos, blancos y musculados

Un documental de Netflix revela el racismo y sexismo de una empresa que se enorgullecía de ser excluyente.

El Mundo, Luis Fernando Romo, 26-04-2022

Una oda hacia el cuerpo perfecto. Si la persona no tenía las proporciones griegas, ni un cuerpo hercúleo, ni una belleza apolínea, no podía pertenecer a la autoproclamada secta deAbercrombrie & Fitch, la firma de moda americana creada en 1892 que en los 90 proyectó una imagen de belleza exclusiva y excluyente con el único fin de tener un sentimiento de pertenencia cool.

Bajo la supervisión del director ejecutivo Mike Jeffries (77), desde 1992 el proceso de selección de dependientes se basaba únicamente en la normativa WASP (blanco, anglosajón y protestante). Es decir, el sexismo, el racismo, la misoginia y el desprecio hacia lo feo era la nota dominante. La bienvenida a las tiendas imponía, a la vez que era de traca: jóvenes en tejanos, sin camiseta y una musculatura divina.

Así lo desvela el documental de Netflix White Hot: The Rise and Fall of Abercrombie & Fitch (En el blanco. El ascenso y caída de Abercrombie & Fitch). Varios ex trabajadores y modelos confiesan el lado más oscuro de la empresa que succionó el cerebro de millones de jóvenes en el planeta que aspiraban a hipersexualizarse a lo Barbie y Ken. En los inicios de su andadura, ni rastro de negros, ni asiáticos, ni latinos…

Para muestra, varios botones: un eslogan en las camisetas para mujeres decía ‘Quien necesita cerebro cuando tienes esto’ y otro para reírse de los asiáticos, ‘Servicio de lavandería de los hermanos Wong: dos Wongs hacen un blanco’. Mientras al apuesto Jeffries se le iba desfigurando un rostro que ha acabado pareciéndose a una máscara de cera no le temblaba la mano al afirmar que “nuestra ropa no es para todo el mundo, ni podría serlo. ¿Somos excluyentes? Por supuesto”.

Lejos quedaba ya la imagen primigenia que transmitían a sus clientes. La deportividad e intelectualidad de Hemingway y Roosevelt, el glamur y misterio de Greta Garbo o el estilo clásico de Kennedy. Abercrombie & Fitch cayó en bancarrota a finales de los 70, pero antes de que desapareciera cayó en manos del demiurgo Les Wexner (84) creador de Victoria’s Secret y que en los últimos años estuvo en la diana del escándalo por sus negocios con el depredador sexual ya fallecido Jeffrey Epstein. Para potenciar las campañas a nivel visual contrataron a uno de los mejores fotógrafos de moda, Bruce Weber, caído en desgracia por las supuestas acusaciones de conductas sexuales no apropiadas.

Jeffries también fue un depredador. Alababa la carne de calidad y fagocitaba y centrifugaba todo lo que no comulgaba con su particular concepto de belleza. Él, que fue artífice de que la empresa saliera a Bolsa, también fue el hacedor de que su propia imagen quedara menoscabada cuando en 2005 varios ex empleados le denunciaron por discriminación racial.

Mike Jeffries, el antiguo CEO de Abercrombie & Fitch, en una entrevista en televisión.EM

Aquello supuso su declive y la devaluación progresiva en las acciones de emporio milmillonario. En 2014 salió por la puerta de atrás con una compensación de 27 millones de dólares más un bonus por jubilación, puso en venta su hogar palaciego de Manhattan cuya anterior propietaria fue la reina de la belleza Elizabeth Arden por 19,5 millones de dólares y que finalmente se vendió por siete millones menos. Desde entonces, el ex empresario tiene un perfil invisible a nivel social.

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