Poeta y agricultor, así resiste un anciano refugiado de Palestina a la ocupación israelí
“Con la escritura podemos ser libres en nuestra tierra”, Saeed, refugiado de Palestina
El Diario, , 22-04-2022“Yo no escribo a la tierra, la tierra me escribe a mí.
Soy un poema,
soy un verso.
Una epopeya de la tierra que llevo dentro.
Una leyenda de esta tierra
a la que yo pertenecía“
Así, en verso, responde Saeed cuando se le pregunta por su forma de escribir sobre la tierra palestina. En la semana de los libros y la escritura, que tan necesarios son para aprender, explicar y reivindicar, conocemos a Saeed. Con la kufiya tradicional palestina en la cabeza, un hacha en una mano y, en la otra, papel y bolígrafo, nos habla de poesía, escritura, identidad y tierra, la que labra y a la que pertenece. Estas son las herramientas con las que resiste a la ocupación israelí.
Saeed Mohammed Salem Al-Daour, de 66 años, es refugiado de Palestina de la aldea de Harbya, a 14 kilómetros al noreste de Gaza. Vive en el Beit Lahia y posee una casa y un terreno cerca de la valla de separación, concretamente cerca de Herbie, donde vive con su familia numerosa de 5 hijas, 5 hijos y diez nietos.
“Nací para encontrarme entre la naturaleza. Adoro la tierra y ella me devuelve el amor por el tiempo que le dedico. Crecí aquí, entre olivos y cítricos, de los que ahora estoy a cargo. Son miembros de mi familia, como mis hijos”, afirma Saeed.
Saeed es un humilde agricultor, sin salario, que posee una pluma fuerte y determinante, con la que escribe lo que siente hacia su tierra natal. Plasmar en forma de verso sus sentimientos es la forma más honesta que encuentra de hacerlo. “Le escribo a la tierra porque la adoro. Escribo para sentirme yo mismo, es como respirar. Es mi estilo de vida. Me siento agradecido cuando mis nietos leen mis poemas y tratan de escribir como yo. Es una forma de mostrarle a mis hijos y nietos que con la escritura podemos ser libres en nuestra tierra”.
El poeta y agricultor se siente muy identificado con las raíces de los olivos que se amarran al suelo y siente nostalgia por la tierra de padres y abuelos. El pueblo palestino sigue defendiendo el derecho a la libre determinación y el establecimiento de un Estado en el suelo de la Palestina histórica y esperan la compensación por las pérdidas de vidas, propiedades y años de desplazamiento. “Es un derecho al que no renunciamos y que no tiene prescripción. La ocupación es una injusticia. Nos han despojado de nuestra tierra”.
La guerra Árabe-Israelí de 1948, ha dejado en continuo sufrimiento al pueblo palestino durante 74 años, y sumando. Actualmente, 5,7 millones de refugiados y refugiadas de Palestina se encuentran registrados en la Agencia de Naciones Unidas para la población Refugiada de Palestina y viven repartidos entre Gaza, Cisjordania, incluido Jerusalén Este, Siria, Líbano y Jordania. Muchos de ellos y ellas residen en 58 campamentos y dependen de la asistencia de la Agencia de Naciones Unidas para la Población Refugiada de Palestina. La comunidad enfrenta situaciones socioeconómicas extremas, además de la violencia y de las violaciones de derechos por parte de las fuerzas israelíes.
Saeed también hace un llamamiento a sancionar a Israel que ha burlado el derecho internacional en numerosas ocasiones. “La población refugiada de Palestina espera poder vivir en paz y seguridad”.
Ahora que parece que al fin volvemos a la normalidad, es el momento de recordar a quienes parecen condenados a vivir sin algo tan normal como una tierra a la que pertenecer. En la iniciativa de UNRWA, “Cartas a Palestina”, las voces de Nisreen, Omar, Rawaa, Majed y Salam también cuentan cómo es vivir sin un hogar al que volver. Son las cartas audiovisuales que sus protagonistas querrían enviar a sus hogares, de los que tuvieron que huir en 1948, a sus seres queridos de los que se vieron separados por la guerra, la muerte, la ocupación y una injusticia que lleva 74 años sin resolverse.
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