Cincuenta inmigrantes sobreviven en Beliones sin intención de saltar la valla

Llevan dos años acampados en los alrededores de la Mujer Muerta en condiciones de extrema precariedad, esquivando a los militares marroquíes

Diario Sur, 16-07-2006

El empeño y a veces el excesivo celo que ha puesto Marruecos para combatir la inmigración han puesto fin a los grandes campamentos de Beliones. Sólo resta lo que es sin duda el último residuo de la gran masa de subsaharianos que habitaba los bosques del otro lado de la Mujer Muerta el pasado otoño.

Unos 49 inmigrantes viven al sur de esta montaña en una zona llena de maleza y en unas condiciones extremas y muy precarias. No hay mujeres entre el colectivo que forman. Las últimas tres corrieron suerte dispar: dos fueron deportadas por Marruecos y otra ingresó embarazada en una clínica marroquí.

El grupo lo componen 18 inmigrantes de Guinea Conakry, 14 de Costa de Marfil, 12 de Mali y 5 de Gambia. La última visita de la prensa que recibieron fue hace seis meses; un equipo de una televisión francesa llegó hasta ellos. Llevan dos años en la zona de la Mujer Muerta y dado su estado no tienen ninguna intención de intentar un salto masivo o entrar en Ceuta de forma colectiva. El ejército marroquí les asedia y destroza el campamento con cierta frecuencia, la última el pasado día 12 a las cinco de la mañana. El sistema de vigilancia que tienen montado les salvó de haber caído en manos de la Gendarmería Real y de los militares marroquíes. Sin apenas ayudas tienen graves problemas de salud, apenas sí tienen calzado y la comida y el agua escasea. El pozo más cercano lo tienen a 30 minutos. La ayuda de las mujeres de los pueblos cercanos está siendo fundamental para salir hacia delante en este limbo en el que han caído cuando perseguían el sueño de mejorar sus condiciones de vida y comer a diario. Como en el primer mundo.

El CETI casi al completo

A este lado de la frontera, el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Ceuta ha superado en los últimos días las 400 plazas, en contra de la tendencia de los últimos meses donde el recinto no había superado los 350 inmigrantes acogidos en sus instalaciones.

Las entradas irregulares de inmigrantes asiáticos y argelinos por el perímetro fronterizo han motivado que el CETI supere el listón de los 400 acogidos, muchos de ellos subsaharianos.

El recinto todavía dispone de plazas libres para acoger a nuevos inmigrantes ya que está acondicionado para unas 512 personas, y no se temen problemas pese al repunte de las últimas semanas.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)