MURCIA / Una aldea africana en el Jardín Chino

Decenas de inmigrantes convierten en su hogar esta céntrica zona verde, y la acumulación de basuras y equipajes la hace intransitable

La Verdad, 16-07-2006

El dueño de un bar cercano al asentamiento por donde, entre partidos del mundial y visitas al baño, los subsaharianos iban y venían, cuenta que vio hace poco a uno de ellos con una llave en la mano. «¿Dónde iría con la llave?, ¿Qué tendrá que pueda abrir?… una casa, un coche, un simple candado que guarde algo» asegura. Iba contento, tenía una llave y ninguna puerta que abrir.

Estas personas que duermen con el colchón en el suelo, las papeleras por baños y las fuentes como ducha, también tienen vecinos. Son los comerciantes de la zona, los vecinos del barrio, los encargados de la limpieza de los parques. Ellos no han dejado su barrio, como los subsaharianos, pero ven cómo este cambia, y no a mejor.

No dan abasto

«No damos abasto». El que así habla es uno de los barrenderos que limpian en el, tan nombrado, Jardín Chino. Es una de las dos personas que se encarga cada día de adecentar seis de los muchos jardines de Murcia, pero admite que con el asentamiento de inmigrantes ahí el trabajo se ha multiplicado. «Es normal que ensucien, pero nosotros no podemos hacer más de lo que hacemos» cuando la máquina todavía no ha terminado de limpiar ya tienen de nuevo preparados los colchones o los cartones, en el caso de los que no hayan conseguido localizar un colchón, para preparar sus camas.

El aire, ya de normal viciado, huele mal. Las papeleras, a todas horas llenas, ocultan algo más que papeles de periódico. La realidad es que no tienen baño. Aunque hay unos en el jardín, llevan tapiados tres o cuatro años, y cuando los bares de la zona están cerrados o la necesidad aprieta da igual quien pase o cómo huela.

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