La incesante llegada de refugiados a nuestro pais, propicia hechos insólitos. Uno de ellos se encuentra en el pueblo castellonense de Torrechiva, donde un tercio de su población procede de Ucrania. Los juegos y las risas vuelven a sonar con fuerza en este pequeño pueblo de Castellón. Alejados de las bombas los niños pueden pintar, jugar y correr. Sin embargo, cuando llegaron al albergue en el que se alojan provisionalemente el miedo todavía les perseguía. Pasado ese momento, ahora tratan de recuperar la normalidad junto a su nueva familia. Con la llegada de estos 50 nuevos vecinos, un tercio de la población de Torrechiva será ucraniana. Los vecinos se han volcado para ayudarlos a que se acomoden en su nuevo hogar y lo que quieren es que pronto se recuperen del viaje para estar junto a ellos. Los nuevos residentes del pueblo, aunque no olvidan todo lo que dejan atrás, acogen su nueva vida con una sonrisa.