La cifra de refugiados ucranianos que acoge Castilla y León casi se ha duplicado en tan sólo una semana, para pasar de 600 a 1.120 personas, según cifró el consejero al frente de la portavocía de la Junta, Carlos Fernández Carriedo. Esta progresión tan «relevante» le hizo concluir que «si el ritmo de crecimiento sigue así, el sistema podría verse en tensión».

No obstante, por el momento no habría problema con los recursos desplegados, señaló: «Tenemos 2.600 plazas disponibles y no hemos agotado ese dispositivo». Se trataría, en definitiva, de no perder de vista la evolución de las necesidades para «garantizarlas».

Por ahora, la mayor parte de los recién llegados son mujeres y niños (270 ya en el sistema educativo), y en algunos casos los familiares «llegan detrás» de los menores no acompañados, que se han reducido de 27 a diez en la Comunidad por este motivo, al pasar a ser contabilizados como refugiados con sus tutores.