El viraje de Sánchez en el Sáhara no frena la llegada de pateras al archipiélago
Las ONG advierten de que, aunque Marruecos contenga el flujo migratorio, las salidas se trasladarán a las costas de Mauritania y Senegal
Canarias 7, , 29-03-2022Los efectos positivos sobre el control de la inmigración que el Gobierno de Sánchez atribuye a su viraje sobre el Sáhara no son palpables de momento en las islas. Una semana después de hacerse público el cambio de postura de España apoyo al plan de autonomía y reconocimiento de facto de la soberanía de Rabat sobre la excolonia española y que el Ejecutivo anunciase una «nueva etapa» en las relaciones bilaterales con Marruecos, el flujo migratorio se reactivó con intensidad durante el fin de semana con la llegada a Canarias de seis embarcaciones con 289 personas en apenas 24 horas.
A falta de que mañana Pedro Sánchez explique con más detalle los motivos del giro en la posición española y las contraprestaciones del acuerdo en su comparecencia en el Congreso, el presidente del Gobierno ya adelantó la semana pasada desde Ceuta que los aspectos migratorios tienen un peso «primordial» en la recuperación de las relaciones diplomáticas, que llevaban diez meses rotas, aunque sin aportar garantías de que Marruecos se haya comprometido a cerrar la espita de la inmigración.
También el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares que mañana contestará a una pregunta de Nueva Canarias (NC) sobre el Sáhara de la sesión de control de la Cámara Baja apunta al control de los flujos migratorios como una de las razones para justificar la necesidad de llevarse bien con Rabat, además de evitar acciones unilaterales del país vecino. De hecho, el jefe de la diplomacia española considera que el aval de Ángel Víctor Torres al cambio de postura del Gobierno estatal sobre el Sáhara es «un buen termómetro» que evidencia que se trata de una solución beneficiosa para Canarias.
Sin embargo, las cifras de la llegada de inmigrantes irregulares durante el fin de semana a las islas no se corresponden con las expectativas adelantadas por el Ejecutivo estatal y suponen una reactivación de la ruta atlántica por la que en los dos primeros meses del año arribaron a Canarias 5.552 personas, lo que se traduce en un incremento del 115% respecto a 2021 según los datos del Ministerio de Interior.
Hasta el pasado fin de semana la llegada de pateras se había estancado a lo largo del mes de marzo, con varias semanas de parón en las que solo se detectaron dos embarcaciones con un total de 58 personas, una situación que inicialmente se atribuyó a las malas condiciones del mar, aunque una vez conocido el giro del Gobierno español sobre el Sáhara se ha relacionado con un posible mayor control por parte de Marruecos durante el proceso de negociación del acuerdo, previo a la carta de Pedro Sánchez al rey Mohamed VI que hizo oficial la Casa Real de Marruecos.
Las ONG que trabajan en inmigración advierten sobre las consecuencias de un posible incremento del control en las costas marroquíes en caso de que Rabat ordene a su gendarmería aumentar la vigilancia a partir de ahora para impedir la salida de pateras.
Aun si se produjera un frenazo en el flujo migratorio desde Marruecos de donde proceden la gran mayoría de las pateras llegadas a las islas en los últimos meses, estiman que las personas que buscan una vida mejor huyendo del hambre, la miseria y la guerra no van a desistir de intentarlo, por lo que el resultado será que los puntos de salida de peligrosa ruta atlántica el año pasado fallecieron más de 4.400 personas según estimaciones de varias organizaciones no gubernamentales se trasladarán más al sur, a países como Mauritania o Senegal.
«Esa es la dinámica habitual», señala el coordinador de CEAR en Canarias, Juan Carlos Lorenzo. Explica que «cuando Marruecos hace más presión para contener la salida desde sus costas, algo que hace en función de sus intereses en cada momento, lo normal es que rutas migratorias se trasladen hacia el sur, por lo que las travesías son más largas, más inseguras y más peligrosas», añade.
Está previsto que el próximo viernes el ministro Albares se traslade a Rabat para reunirse con su homólogo marroquí, Naser Burita, en un encuentro con el que ambos países buscan escenificar la «normalización completa» de las relaciones diplomáticas, que servirá de preparación para la visita del presidente Pedro Sánchez.
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