ENTRE GATAS Y GATOS

Del racismo de Londres a la locura de Madrid, las mil y una vidas de Shirley Davis, la última diva del soul

La cantante inglesa, instalada en la capital desde 2014, publica su tercer disco, 'Keep on Keepin' On', todo un manual de supervivencia y empoderamiento.

El Mundo, Ismael Marinero, 29-03-2022

Las palabras que más veces repite Shirley Davis, con su torrencial manera de hablar, son ‘viaje’ y ‘aventura’. Y no es de extrañar, porque su vida ha sido, al menos hasta el momento, una increíble montaña rusa repleta de altibajos y desvíos desde que nació, hace ahora 47 años. Hija de padres jamaicanos, Davis vivió su infancia a sólo unos metros del estadio de Wembley, en Londres, escuchando desde la ventana de su habitación los conciertos de leyendas de la música como Michael Jackson, Whitney Houston o los Rolling Stones, soñando con poder dedicarse algún día a la música.

Antes de eso tuvo que superar varios incidentes racistas, se casó con un australiano a los 16 años y a los 20, ya en Melbourne, dio a luz a su única hija, a la que crió como madre soltera. “Sí, he pasado por muchas cosas, pero eso sólo me ha hecho más fuerte. Ahora puedo decir con orgullo que he superado todo aquello y lo hago a través de mi música”, explica con su imborrable sonrisa de oreja a oreja. Ya lo dicen los versos de Stay Firm, uno de los singles de Keep on keepin’ on, su tercer álbum junto a la banda española The Silverbacks, que estos días ve la luz de la mano del sello Lovemonk: “Algunas personas piensan que el más inteligente y el más fuerte / es el que nunca ha sentido dolor / pero el más fuerte / es el que lo sintió y lo entiende, lo acepta y aprende de él”.

Para llegar a este tercer larga duración, que ha tenido que esperar cerca de dos años por culpa de la pandemia, la trayectoria de Davis se cruzó en Australia con la de figuras del soul como Wilson Pickett o Marva Whitney, cantante del grupo de James Brown, hasta que dio con su mayor valedora, Sharon Jones, leyenda moderna del soul junto a sus Dap-Kings, fallecida en 2016. "Sharon fue mi mentora. A través de su música aprendí muchísimo sobre la vida y sobre mí misma, y también me dio muy buenos consejos, como el que da título a este disco (keep on keepin’ on puede traducirse como “sigue adelante siguiendo adelante”)".

Su encuentro más celebrado, por lo que supondría para su trayectoria posterior, tuvo lugar en 2014 en La Riviera. “En mi primer día en Madrid aterricé, cogí un taxi con una amiga de Australia y acabamos en Lavapiés. Estuvimos andando por el barrio y pasé por Tabacalera, que tenía una exposición en la fachada, y me quedé tan maravillada de lo vibrante que era la ciudad que me puse a cantar en la calle. Luego fuimos a La Riviera, subí a cantar con Sharon Jones y esa misma noche conocí a la que sería mi banda, The Silverbacks”, dice soltando una de sus carcajadas marca de la casa, una explosión de pura alegría tan contagiosa como su actitud encima del escenario.

Tras firmar el contrato con Tucxone Records, Davis rompió su billete de vuelta a Australia. “Lo tenía con el viaje de vuelta abierto, y todo el mundo se preguntaba si me iba a quedar o iba a volver. Allí tenía todo lo que necesitaba, pero estaba un poco aburrida y necesitaba algo de aventura. Aquí encontré a una banda que tenía el sonido que yo andaba buscando y una ciudad muy divertida en la que he aprendido mucho sobre el amor, a ser más cariñosa y estar más conectada con la gente a la que quiero y que me quiere”. Eso sí, el español le sigue costando: “Sé decir lo básico, pero sigue siendo una barrera con la gente de aquí. ¡Todo llegará!”, anuncia con una nueva sonrisa.

La vida no siempre la ha sonreído de vuelta desde entonces, pero ella sigue luchando. En 2016 sufrió un desmayo tras un concierto en Palencia y acabó en el hospital. “Un día estaba bien y al siguiente todo era un infierno. Me levanté por la mañana y sentí algo raro, me movía con dificultad. Estuve paralizada en el hospital cerca de tres semanas por una infección en la sangre que los médicos no conseguían explicar”, recuerda, esta vez con un nudo en la garganta. Pero, como dice el refrán, lo que no te mata te hace más fuerte: “Pasar por una experiencia así me ha cambiado. Me alegro de ser querida, de dedicarme a la música, de poder hablar, cantar y de haber sacado mi tercer disco”. Y los que le quedan…

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