La Unión Europea calcula que cerca de 3,8 millones de personas han abandonado Ucrania y la mayoría ha buscado refugio en los países limítrofes. Polonia acoge ya a 2,3 millones de ucranianos –según datos de la Guardia de Fronteras nacional–, una cifra que supera su capacidad de acogida. Varsovia remitió este lunes una carta a la Comisión Europea junto a Alemania para pedir más recursos y exigir un reparto equitativo de los desplazados entre los Estados miembro.

Las necesidades de financiación de ambos países ascienden ya a varios miles de millones de euros, por lo que piden a Bruselas 1.000 euros por cada refugiado acogido, además de un plan para reubicarlos entre los Veintisiete.

Según destacó la comisaria de Interior, Ylva Johansson, la Comisión Europea está trabajando en un programa de ayuda financiera y ha creado una plataforma de registro unificada a nivel europeo. «Esto permitirá hacer un mayor seguimiento de la situación y activar los mecanismos para repartir su acogida entre los países de la UE», destacó.

Los Estados miembro son, actualmente, los encargados de registrar a los desplazados. Cada país cuenta con su propio informe, pero hasta el momento no existe una plataforma común para compartir esa información.

Los ucranianos pueden entrar en la UE sin necesidad de visado, lo que les da 90 días de plazo para desplazarse con libertad entre los Estados miembro antes de decidir en donde instalarse y solicitar la protección temporal que la UE ha previsto para garantizarles el permiso de residencia y de trabajo, entre otros, al menos mientras dure la guerra.

Evitar las redes delictivas
Los Ministros del Interior de la Unión Europea también activaron este lunes la red Empact contra las amenazas delictivas con la que, según explicó el ministro español, Fernando Grande-Marlaska, los Estados podrán «prevenir y luchar» mejor contra la trata de mujeres y explotación de menores. En el caso de España, indicó el ministro, no se han detectado aún casos de refugiados explotados pero las autoridades trabajan ya en cómo combatir estas prácticas.