M. X. BLANCO
«Quiero volver con un autobús y sacar a más refugiados, porque aquello es inhumano»
El noiés Moncho Vidal formó parte de un convoy que trajo a 30 ucranianos
La Voz de Galicia, , 24-03-2022Impresionado y con ganas de regresar para seguir ayudando, así regresó Moncho Vidal de su viaje a Polonia. El noiés formó parte de un convoy integrado por cuatro furgonetas y coordinado por la Asociación de Bomberos de A Coruña. El objetivo era transportar ropa, alimentos y otros artículos de primera necesidad reunidos por la Asociación Galega de Axuda a Ucraína y aprovechar la vuelta para traer a refugiados. La misión fue un éxito rotundo, puesto que los voluntarios regresaron con una treintena de personas que ansiaban escapar de la guerra.
Tan satisfactoria resultó la experiencia, que Moncho Vidal ya está pensando en repetirla: «Quiero volver con un autobús y sacar a más refugiados, porque aquello es inhumano». Lo que pudo averiguar a través de las oenegés desplegadas en la zona avivó su llama solidaria: «Nos contaron que están actuando mafias y nos hablaron de trata de mujeres y desaparición de niños, hasta el punto de que nos alertaron de que estaban robando furgonetas de personas como nosotras, que viajan para ayudar».
El noiés y sus compañeros ayudaron a 15 adultos y otros tantos niños a abandonar aquel horror. Una abuela y sus dos nietos se quedaron en Boiro: «Los cogimos en Cracovia y fue su hija, que vive aquí, la que nos pidió que los salváramos. Ahora nos suplica que ayudemos a su amiga del alma, que está perdida en Moldavia».
Un niño y su madre fueron trasladados a un hospital de A Coruña: «El pequeño estaba enfermo y nos contaba que bombardearon el centro sanitario en el que estaba ingresado y todos tuvieron que salir corriendo para un búnker. Un compañero suyo falleció». Moncho Vidal se quedó impactado con la escena que protagonizó en el punto fronterizo esta familia: «El padre nos dejó a su mujer y a su hijo, asumiendo que a lo mejor era la última vez que los veía, y regresó a Ucrania. Me partió el alma».
Demasiados obstáculos
Estas son solo algunas de las historias que el noiés conoció en Polonia y que lo llevaron a recorrer de nuevo los 3.200 kilómetros que separan Galicia de la frontera con Ucrania. Aunque tiene la decisión tomada, Moncho Vidal reconoce que el proceso no es fácil: «Quizás al principio uno llegaba, pedía voluntarios para viajar a España y los traía, pero ahora hay que ir coordinado con una oenegé solvente y contar con una autorización válida a nivel internacional».
Una madre y seis niños cambian el horror de Ucrania por Boiro
M. X. BLANCO
Pero, más allá de los ucranianos que están atrapados en la frontera, el noiés explica que hay muchos que han conseguido llegar a Varsovia, Cracovia y otras ciudades, a los que puede resultar más fácil prestar ayuda. Admite, sin embargo, que tampoco aquí les espera un futuro fácil: «Nos preocupa porque vienen sin dinero, sin medios y, la mayor parte, ni siquiera hablan español».
Antes de poner nuevamente rumbo a Polonia, Moncho Vidal quiere asegurarse de que los refugiados que logre traer tengan un techo bajo el que cobijarse. Por ello, en estos momentos trata de buscar la fórmula, a través de Servizos Sociais de Noia, para encontrar familias interesadas en acogerlos.
El Liceo de Noia recauda fondos con la ayuda de Sergio Pazos
El actor Sergio Pazos se subirá este sábado, a las 21.00 horas, al escenario del Liceo de Noia para deleitar al público con el espectáculo Contaxiándonos de humor. El monólogo se completará con una sesión de baile animada por un disyóquey y servirá para recaudar fondos para Ucrania. Este mismo fin solidario tendrá la clase de zumba que se impartirá a las 18.00 horas. El Liceo donará el dinero a Cáritas, con la que también colabora reuniendo alimentos y medicinas.
Barbanza, un hogar de acogida para 42 ucranianos que escaparon de la guerra
A. GERPE
Existían ya lazos que unían a Barbanza con Ucrania, bien porque diversas familias acogían en verano a niños a través de alguna de las ONG que operan a nivel nacional o porque localidades como Ribeira proporcionaron, a través de la pesca, una salida laboral a ciudadanos del país. Con la guerra, estos vínculos se han acrecentado y la comarca ha vuelto a poner de manifiesto su solidaridad. Durante las últimas semanas se han sucedido iniciativas de vecinos para llevar ayuda y también para acoger a personas forzadas a dejar atrás sus vidas. Desde que estalló el conflicto, un total de 42 ucranianos han encontrado refugio en Barbanza lejos de las bombas.
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