Un pesquero español que el pasado viernes rescató a un grupo de 51 inmigrantes subsaharianos a 100 millas de Malta cuando el cayuco en el que viajaban se encontraba a la deriva, continuaba ayer aún a la espera de que las autoridades de ese país mediterráneo autoricen su desembarco en el puerto de La Valleta. El pesquero se encuentra a 26 millas del puerto a la espera de que Malta se decida a dejar desembarcar a los 51 inmigrantes. El pesquero ‘Francisco y Catalina’, con base en Carboneras (Almería), avistó a la embarcación hacia la una de la tarde del pasado viernes «en situación extrema», a 100 millas al sureste de Malta , y prestó auxilio inmediato a sus ocupantes, según un directivo de la asociación de armadores de Carboneras.

Pedro Hernández, director gerente de ‘Carbopesca’, explicó que en el cayuco viajaban 43 hombres, ocho mujeres (dos de ellas embarazadas) y un niño de dos años, todos ellos subsaharianos Tras el rescate, el pesquero se dirigió al puerto más cercano, en este caso La Valleta, mientras trataba de contactar al mismo tiempo con las autoridades maltesas para explicarles la situación. Sin embargo, cuando la embarcación se encontraba a 26 millas del puerto, una patrullera maltesa impidió al pesquero continuar hacia la costa. El capitán fue advertido de que Malta no iba admitir la entrada de los inmigrantes que habían sido rescatados en alta mar, por lo que el armador pidió ayuda al Ministerio de Asuntos Exteriores.

La embajadora de España en ese país, Marta Vilardel, explicó ayer que continúa haciendo las gestiones necesarias. Dijo que el estado de salud de los marineros y de los inmigrantes africanos es bueno, de acuerdo con la visita realizada por un médico, salvo la de una niña de dos años que presentaba síntomas de deshidratación. En este caso concreto, Malta «se brindó a desembarcar a la niña y a la madre, pero la madre se negó a dejar el barco».

Avituallamiento

El pesquero español recibió ayer un avituallamiento de alimentos y agua mediante un helicóptero. El armador y patrón, José Durá, explicó que este avituallamiento cubrirá las necesidades de las personas a bordo durante uno o dos días «como máximo». En condiciones normales, el pesquero lleva consigo alimentos y agua para alrededor de tres días, explicó Durá, quien añadió que el combustible no representa ningún problema, pues tienen más que suficiente.

España ha pedido a la Comisión Europea, a Libia y a Malta que encuentren una solución «en las próximas horas». El Ministerio de Asuntos Exteriores seguía ayer negociando con las autoridades de ese país mediterráneo «sobre la base jurídica de dos convenios de organización marítima» de 1986 ratificados por ambos países.