Jueves, 17 marzo 2022, 06:38
Un amigo de piel oscura y barba rizada me contó que tenía ‘cara de aleatorio’: siempre que en aeropuertos o carreteras hay controles aleatorios, le piden el carné a él.

La frontera de Behobia desapareció en 1995 con los acuerdos de Schengen y la restauró Francia en 2015, después de que los yihadistas asesinaran a 131 personas en París. Presentaron los cierres y controles como una medida excepcional, los prorrogaron por el terrorismo y el coronavirus, y los mantienen hoy. Según para quién. Yo he pasado un montón de veces y nunca me han parado. El Defensor de los Derechos de Francia denunció que los controles se aplicaban cinco veces más «a personas percibidas como árabes y negras», a quienes trataban con menor respeto (tuteos, insultos y brutalidad). En Biriatu, los gendarmes se subían a los buses y pedían la documentación solo a los pasajeros negros. A los migrantes los devolvían a España sin el procedimiento individual que exige la ley, sin asistencia de abogados, sin atender a los menores y sin permitir que las víctimas de violaciones de derechos humanos solicitaran asilo.

La UE ha activado por primera vez la acogida ilimitada de refugiados para atender a los ucranianos. El sábado se ahogó Ibrahim Diallo en el Bidasoa, el octavo africano muerto desde 2021 en los alrededores de este río que fluye por un territorio en el que existe la libre circulación de personas, con excepciones aleatorias. Todo depende del azar de la piel.