El Gobierno vasco ha registrado ya la llegada de casi 300 refugiados ucranianos. De ellos, muchos son niños que han escapado de la guerra. Una de las prioridades es tratar de que recuperen una vida normalizada cuanto antes. De ahí que integrarles en el sistema escolar se haya convertido en una prioridad para el Gobierno vasco. De hecho, 35 niños ucranianos ya acuden al colegio junto con el resto de escolares vascos.

Lo ha confirmado el Consejero de Educación, Jokin Bildarratz, este martes. El dispositivo se está coordinando mediante delegaciones territoriales y comisiones de escolarización y se está aplicando el protocolo Eusle (sostengo en euskera). Se trata de un programa piloto que se comenzó a aplicar a principios de curso para dar una atención individualizada a alumnos migrantes.

De esta manera, los centros educativos tratan de que los recién llegado tengan «un espacio fuera de su aula habitual para recibir un tratamiento individual desde diferentes puntos de vista».

Una de las cuestiones a las que se está prestando especial atención es el cuidado de la salud emocional de los niños. Llegan al País vasco escapando de las bombas, después de un duro viaje y habiendo dejar atrás a parte de su familia. Estos factores pueden hacer más complicada la adaptación a sus nuevos centros escolares. Por eso, junto a la escolarización, el Gobierno vasco también está ofreciendo apoyo psicológico, «para que se puedan integrar con el resto de alumnos de la mejor manera posible».

Entre otras cuestiones, a la hora de asignar una plaza en un centro educativo los responsables tienen en cuenta la existencia de algún tipo de vínculo o referencia, «bien porque son conocidos o bien porque tienen algún otro tipo de parentesco», ha explicado el consejero. Por ejemplo, cuando los niños han sido acogidos por familias vascas, se está tratando de que los menores ucranianos acudan a los mismos centros educativos que los niños de la casa.