Madrid – Sorprendentemente, ninguno murió. De hecho, están sólo heridos
leves. Pero podría haber sido peor. Todo ocurrió ayer de madrugada,
cuando, a eso de las siete, un hombre, al parecer de rasgos magrebíes,
perdió los papeles y atacó con toda violencia a dos compañeros de piso
ecuatorianos en su casa de la calle Monte Perdido, en Vallecas.
   El
«paisaje» que encontraron los médicos del Samur al llegar al lugar de los
hechos fue el siguiente: tirado en el suelo del salón, un hombre de unos
23 años, ensangrentado e inconsciente, con un fuerte golpe en la cabeza
provocado por un botellazo y con varias heridas más repartidas por todo el
cuerpo.
   En la calle, también inconsciente, una mujer, de 29 años,
que se había precipitado desde la terraza, más o menos a dos metros del
suelo. Sufría varios traumatismos en la cara, la cabeza, fractura de
muñeca y cortes en distintas partes del cuerpo. A él lo llevaron al
Gregorio Marañón, a ella al 12 de Octubre. Ambos continuaban ingresados en
la tarde de ayer, pero ninguna de sus heridas revestía mayor gravedad, por
lo que pronto serán dados de alta. Los niños de la casa, un chico de
cuatro años y una bebe de meses, vivieron o ocurrido.
   Poco
después de las agresiones, la Policía detuvo al posible autor de las éstas
que, al parecer de origen magrebí y que vivía con ellos. En declaraciones
a Europa Press Televisión, Santiago, vecino del inmueble, aseguró que los
implicados en el suceso estaban «siempre de bronca» y achacó este
comportamiento al consumo de alcohol.
   En este sentido, criticó que
compraban «litronas, se ponían hasta más no poder y se quedaban despiertos
hasta las cinco de la mañana con la música puesta». Además, destacó que
«pasaban olímpicamente de todo» y que eran un poco insociables». Remarcó
también que otro vecino del inmueble le contó hace un tiempo que a la hija
de los heridos «la cogían de las piernas, y la colgaban como si fuera un
conejito dentro de la casa».